La intensificación de bombarderos y amenazas rusas buscan detener la contraofensiva del ejército ucraniano, al advertir que aún no ven su lado serio.
El embajador ruso ante Gran Bretaña, Andrei Kelin, arreció la postura bélica del invasor al alardear que a más de 450 días en guerra no han mostrado todo su potencial, pues refirió que cuentan con los recursos para “actuar en serio”, lo que anticipa una nueva escalada.
De inmediato, el canciller ruso, Serguéi Lavrov, arengó ese plan al acusar que Ucrania y Occidente “juegan con fuego”, al evidenciar que luchan en varios frentes ante el verdadero culpable de la guerra, pese a que su ejército lanzó ayer el mayor ataque en el mes al disparar más de 50 misiles contra la nación vecina.
No obstante, Ucrania minimizó el daño al anunciar que con el refuerzo en defensa, gracias a aliados, derribó la mayoría de éstos, pero lamentablemente sumó dos decesos más en esta invasión.
Por separado, el líder Volodimir Zelenski aplaudió a sus Fuerzas Armadas por salvar cientos de vidas ante los terroristas tras destruir el arsenal del enemigo y sostener que sobrevivirán.
En tanto, sus tropas aseguraron que la nueva embestida rusa parece querer esconder el debilitamiento rival, pues ayer 100 enemigos desertaron en Bajmut, lo que permitió otro avance defensor.