El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, demandó otra vez a aliados garantizar un escudo aéreo, tras un nuevo bombardeo ruso que mató a tres civiles, entre ellos una menor en pleno Día del Niño.
El mandatario viajó a Moldavia para sumarse por sorpresa a la cumbre de la Comunidad Política Europea con la consigna de “defender a su pueblo”.
Insistió que en cada diálogo aboga por la “coalición de destructores” y más sistemas Patriot, al enfatizar que son la principal herramienta por su capacidad para derribar todo tipo de misiles del invasor, ataques que no cesan y dirigen a su infraestructura y amenazan a civiles.
Apuntó en conferencia que a más de 15 meses de la invasión el terrorista los sigue vulnerando, al tiempo que admitió fallas de seguridad interna.
Zelenski detalló que las tres muertes de la madrugada pudieron evitarse, pues las víctimas perecieron porque el refugio al que llegaron estaba cerrado. Por ello, exigió a su equipo corregir y garantizar su disponibilidad las 24 horas del día, pues de lo contrario el rival se aprovechará.
Durante la reunión presionó a líderes de 50 naciones a no desistir y mantener la asistencia continua, pero esta vez con más decisión al optar por los solicitados cazas, pues con ellos reforzarán los golpes contra el régimen de Vladimir Putin y se acercan más a vencer al Kremlin; pero aclaró que no hay seguridad de ello, pues un conflicto de esta magnitud sólo terminará cuando expulsen al invasor, tema en el que deben estar listos para sancionar al agresor y evitar que resurja la guerra.
Al respecto, el vocero de su Fuerza Aérea, Yuri Ihnat, dijo que confían en que les envíen pronto más Patiot para proteger su cielo en Kiev, Jerson, Járkov y territorios anexados, pues la nación carece de éstos, lo que recuerda que un equipo transferido por Washington sufrió daños en un atentado reciente.
Zelenski aplaudió los pasos de gobiernos de Occidente al unirse a la estrategia de entrenamiento de sus pilotos y Fuerzas Armadas, pues no quiere regresar con las manos vacías a Kiev, aunque finalmente reconoció que la decisión depende de EU —principal exportador de armas— como fabricante de este armamento, pero comprometió a más aliados.
Aún en Moldavia resaltó que hay compromisos encaminados en esta ruta, tema en el que resalta la relación con Polonia, pues el líder, Mateus Morawiecki, adelantó su intención de capacitar a pilotos ucranianos tras una cumbre “muy constructiva y positiva” para contener la amenaza rusa. No obstante, aún no cede en la entrega de F-16 para no exponer sus seguridad nacional.
Durante esta visita, Volodimir también conversó sobre esa prioridad con los primeros ministros Rishi Sunak y Mark Rutte, de Gran Bretaña y Países Bajos, respectivamente, y a lo largo de la jornada también platicó con su homólogo francés, Emmanuel Macron, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y líderes de más de 10 países, como Alemania, Dinamarca, Portugal, Rumania y Suecia.
En tanto, el Ministerio de Defensa de Vladimir Putin mantiene su estrategia de culpar a Ucrania y Occidente de escalar ataques en su territorio.
Dos días después del supuesto atentado en Moscú, el Kremlin expuso un nuevo sabotaje en Belgorod, mismo que no prosperó. Según fuentes rusas el invasor liquidó a medio centenar de intrusos y medios estatales detallaron que tenían planes terroristas al atacar a civiles en Shebekino, hecho que no se concretó.
No obstante, los rebeldes se atribuyeron esa agresión sin reportar bajas para confirmar la versión del Kremlin.
Pese a los desmentidos, Moscú arreció su postura contra los países de Occidente al acusar al sector de usar territorios cercanos para reforzar su política antirrusa. Y es que sostuvo que acudir a Moldavia, que limita con Ucrania, fue una clara afrenta en su contra, lo que anticipa será perjudicial para ellos al arrastrar a dicha nación al conflicto.
Más tarde, el régimen invasor se lanzó contra Washington por bloquear el nuevo acuerdo Start. Pese a que Putin abandonó dicho pacto hace más de tres meses y hasta traslada su armamento a Bielorrusia, acusó al gobierno de Joe Biden de “infringir e incumplir muchas de sus obligaciones”.
Sus declaraciones son una respuesta a la decisión del Departamento de Estado de EU de dejar de compartir desde ayer datos sobre el estado de sus armas, lo que implica la suspensión de inspecciones en sus instalaciones y emisión de visados.
Estrategia con lo que estiman que busca quitar los reflectores de las zonas en que sus fuerzas fueron derrotadas como en Bajmut, luego de que críticos del régimen confirmaran que trasladan decenas de cuerpos a una morgue especial.