Al menos 79 migrantes fallecieron luego de que un bote pesquero con 750 pasajeros se hundió frente a Grecia en una de las peores tragedias del año, pues supera el saldo letal de Italia.
El gobierno y la Guardia Costera activaron un operativo de búsqueda ante un naufragio cuyo saldo letal se cuadruplicó en horas. En un primer informe, horas después de un contacto con el navío, contabilizaron 17 decesos, pero la cifra cambió y cambió tras hallar más cadáveres flotando, hecho por el que el primer ministro, Ioannis Sarmas, decretó tres días de luto, previo a las elecciones.
Ante la emergencia más rescatistas, apoyados por helicópteros y drones, se unieron ante el temor de una crisis, pues aunque sobrevivieron 104 personas, en su mayoría hombres, estiman que cientos siguen en el agua a gran profundidad, según las características de la zona.
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La única foto del bote antes de la tragedia lo muestra completamente hacinado, por lo que a la zona se movilizó la presidenta Ekaterini Sakellaropulu. Pero paramédicos informaron que la quinta parte de rescatados fue hospitalizado, mientras que los demás fueron reubicados en un albergue improvisado en Kalamata.
Versiones de los procedentes de Afganistán, Egipto, Pakistán y Siria que salieron de Libia relataron a la Policía que iban más de 700 personas, por lo que cientos siguen desaparecidos en su intento por llegar a Europa por una mejor vida.
Al respecto, el vocero de la Guardia, Nikos Alexiou, explicó a la televisora ERT TV que era imposible calcular el total de pasajeros, pues al ser una travesía irregular no hay registros del bote de 30 metros de largo. Otras fuentes dijeron que no hay claridad entre los sobrevivientes, pero se sabe que las víctimas mortales son mujeres y niños, quienes al momento del hundimiento estaban encerrados en bodegas, según el diario Protothema.
Además, se cree que volcó por el peso, pues la mayoría de indocumentados se concentró en la cubierta. Y las autoridades explicaron que lamentablemente éstos no solicitaron asistencia, pues se dirigían a Italia no a Grecia.
Y anticipan que en los próximos días más cuerpos emerjan, como en Calabria cuando por días flotaron cuerpos hasta las costas tras perecer en su intento de conseguir asilo en Europa.
Horas después medios locales expusieron retrasos para enviar la ayuda, lo que evidencia la negativa de países a rescatar a ilegales en el mar, postura criticada por organizaciones y activistas, pues los gobiernos incluso se culpan entre sí para no asumir la responsabilidad.
También se supo, según un comunicación de la activista Nawal Saoufi, que los migrantes sí pidieron ayuda, pero Grecia no respondió de inmediato, lo que contradice la versión de las autoridades.
A través de Facebook, la mujer dijo que al quedar en punto desconocido los ilegales la contactaron y le pidieron ayuda, por lo que notificó a Grecia y a Italia. Les dio la ubicación exacta, misma que obtuvo gracias al celular de alguien a quien identificó como Turaya.
Añadió que los migrantes le relataron su difícil situación, pues presuntamente antes de hundirse el capitán del barco los abandonó y ya había seis cuerpos, presuntamente por deshidratación al estar a la deriva luego de cinco días de viaje.
Nawal confió que llegarían equipos de rescate, pero los ilegales seguían contactándola al recordarle que eran unos 750, sin detallar cómo obtuvieron su teléfono. Esperanzados aguardaron por otras embarcaciones, pero la espera se prolongó.
La mujer apuntó que su último contacto fue con un hombre, del que no reveló nombre y se desconoce si sobrevivió, quien admitió “siento que será nuestra última noche con vida” y ya no supo más de ellos hasta ver las noticias. Por lo que publicó otro mensaje con la esperanza de hallar a los “héroes” que alertaron para rescatar a más de un centenar: “Dime que al menos estás vivo”.
Ante la situación, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) exhortó a los gobiernos a tomar acciones concretas, pues ésta era una situación evitable.
DAN
