Una de las naciones de donde provienen las víctimas del naufragio en Grecia confirmó el arresto de una decena de traficantes ligados a la tragedia de la semana pasada que dejó 78 migrantes muertos y cientos de desaparecidos.
El primer ministro de Pakistán, Sheh-baz Sharif, puntualizó que su gobierno reforzó los operativos para prevenir este tipo de actos y en cuestión de días detectó a un grupo de criminales encargado de atraer a los indocumentados desde Gujarat y Cachemira al venderles el sueño de llegar a territorio europeo a través de redes sociales. Algunas víctimas relataron tras el rescate que pagaron hasta seis mil dólares para tomar el bote que zarpó desde las costas de Libia y que lamentablemente se hundió frente a la península del Peloponeso.
Tras la aprehensión de éstos, advirtió que serán “severamente castigados”, según la oficina del premier, sin adelantar los cargos que les imputarán además de tráfico de personas.
En tanto, la nación se recupera del luto a causa de esta tragedia, que sigue bajo investigación y de la que aún se desconoce la magnitud, pues pese a especulaciones no se ha corroborado cuántos pasajeros iban a bordo del pesquero que colapsó posiblemente a causa del peso.
Pero en Pakistán sospechan que iban hasta 200 connacionales, lo que representa casi la tercera parte del total de pasajeros reportados por la activista Nawal Soufi, quien tuvo contacto con las víctimas y alertó a las autoridades.
El número de delincuentes bajo custodia supera ligeramente los arrestos en Grecia, luego de que se revelara que al menos nueve rescatados en aguas internacionales eran parte de la red que trasladó a los extranjeros ilegales desde Libia e iba a Italia, destino al que no llegaron.
Hasta que no se abran los canales legales para permitir a estas personas entrar en Europa, seguiremos en el mismo lugar. Los migrantes seguirán muriendo...Nawal Soufi, Activista
Pese a la poca claridad sobre las víctimas, en Grecia surgen detalles escalofriantes de las condiciones que sufrieron los migrantes en el viaje.
Declaraciones recuperadas por el diario Protothema evidencian que la travesía fue marcada por constantes actos de violencia. Se detalló que seis ilegales fallecieron antes del naufragio tras ser apuñalados y que los encargados de dirigir la operación ilegal golpeaban con palos de madera a cualquiera que reclamara, pues hubo un momento, tras quedar varados, que algunos pasajeros pugnaron por volver, hecho ante el que los traficantes respondían de manera represiva.
Sin embargo, no queda claro si fueron los detenidos en territorio griego los que hirieron con armas punzocortantes a quienes partieron desde África, pues los pasajeros admitieron que hubo disturbios entre grupos, en medio de las condiciones inhumanas que superaron durante unos cinco días.
A casi una semana, se corroboró que todo les cobraban como una botella de agua y otros insumos, así como cambiarse a la zona de cubierta, en medio de un fuerte hacinamiento que hacía imposible avanzar al interior de la embarcación, lo que causó constantes roces y empujones en medio de la desesperación.
