Un acuerdo de culpabilidad salvó a Hunter Biden, hijo del presidente estadounidense Joe Biden, de ir a la cárcel, lo que desató críticas de la oposición por la justicia a modo al defender a Donald Trump en plena campaña electoral.
Tras cinco años en la mira —desde la gestión republicana—, el segundo de los herederos del demócrata admitió su responsabilidad por dos cargos menores de evasión fiscal y otro de portación de armas de fuego, en medio de su adicción a las drogas, temas que usan críticos para atacar a la familia presidencial, que ayer sólo externó su orgullo y el amor a Hunter, según la Casa Blanca.
Su abogado, Christopher Clark, detalló a medios que desde abril se buscó una negociación tras informar al Departamento de Justicia (DOJ, por sus siglas en inglés) que liquidaron las deudas y multas correspondientes.
Con ello, si el fiscal David Weiss acepta, el empresario de 53 años da la vuelta a asuntos legales y polémicos sin pisar la prisión, pues la pena era de 12 meses en prisión, y su defensor resaltó que el caso fue “resuelto”, pese a señalamientos de rivales por anomalías en su negocios.
Reconoce tener problemas con consumo de drogas
Dicho caso adquirió mayor notoriedad no sólo por favoritismo, sino porque se da previo a la carrera presidencial del 2024, en la que su padre busca la reelección frente a su antecesor, quien acumula más de 70 delitos en Manhattan y Miami.
Además, evade una sanción en un punto álgido de la relación entre republicanos y demócratas y a una semana de la comparecencia de Trump por retener deliberadamente documentos clasificados.
De esta manera Hunter y Donald son el foco de las disputas políticas, igual que en 2020, pues el Congreso reclamó cierta flexibilidad para un allegado al poder, a diferencia de la que se da a un oponente, evidenciando un doble rasero, pues consideran que la Fiscalía de Merrick Garlan, es más dura con el republicano y líder de las encuestas de ese partido.
El más enérgico en la defensa del magnate fue el presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, quien adelantó que sin importar el acuerdo mantendrán abierta la investigación en curso contra Biden, con miras a aplicar un verdadero castigo.
Luego declaró airadamente que la resolución en estos temas dependa del apellido al enfatizar “si usted es el principal oponente político del presidente, el Departamento de Justicia trata de encarcelarlo, pero si eres el hijo del presidente obtienes un trato encantador”.
Y adelantó que nutrirán el expediente de Hunter, lo que recuerda el amago de Trump de nombrar a un “fiscal” si llega a la Casa Blanca para indagar a Biden; mientras que otras voces recalcaron que seguirán con la mira en el caso hasta que se dé a conocer su alcance.
Por separado, Trump ironizó sobre la inocencia del hijo de su contendiente al señalar que a éste le dieron una “multa”. Como acostumbra, el exmandatario recurrió a su plataforma Truth Social para lanzarse contra un “sistema corrupto” que da una palmada en vez de años de encierro al resumir que este acuerdo, pues a Hunter “le dieron una multa de tráfico y aclararon todo”, postura que ratificó en un noticiero de Fox News.
Tono al que se sumó su hijo mayor, pues Donald Trump Jr. acusó “favoritismo”. En un comunicado, sentenció que la justicia del caso Biden es la revelación “descarada de un sistema en el que hay dos niveles, totalmente dependientes de su afiliación política”, en referencia a la presunta “cacería” contra su padre.
Más tarde, otros en el Congreso y hasta aspirantes a la presidencia cuestionaron los contrastes de estos procesos.
El presidente del Comité de Supervisión de la Cámara, James Comer, criticó el apapacho al hijo de Biden y advirtió “no descansaremos hasta que se revele el alcance total de la participación del presidente en los esquemas de la familia”; mientras que el gobernador de Florida, Ron DeSantis, y rival a la postulación republicana aseveró que el resultado para Trump sería diferente si su apellido fuera Biden, al insistir que este trato sólo refleja la protección al hijo de mandatario.
En tanto, senadores dijeron que persisten las dudas, especialmente cuando se usan los recursos federales más contra uno que contra otro, pero el lado demócrata quiso matizar al indicar que en esta situación no se violó la independencia.
Pero resalta que los cruces políticos coinciden con el día en que se fijó la fecha para llevar a juicio a Trump por sustraer decenas de archivos secretos. A unos días de comparecer en Florida, el juez indicó que el proceso arranca el 14 de agosto; sin embargo, medios locales adelantan un retraso, ante las maniobras de la defensa del magnate, para usar cada disputa como un acto de campaña.
DAN