Pese a los esfuerzos por rescatar a cinco tripulantes del submarino Titán, con el que se perdió contacto tras descender hacia los restos del Titanic, la Guardia Costera de Boston admitió que se agota el oxígeno.
El capitán y coordinador del operativo, Jamie Frederick, relató a la prensa que les quedan 40 horas de aire, al reducir a más de la mitad el pronóstico de reserva de 96 horas al calcular que ante la incertidumbre y temor se consume más oxígeno del necesario y éste se terminará mañana.
Apuntó que siguen las labores de rastreo vía aérea y marítima casi sin descanso, pues no pierden la esperanza de hallar el sumergible de OceanGate Expedition y reflotarlo a la superficie.
Para ello, recurren al uso de boyas y radares para obtener su ubicación y suman apoyo gubernamental y privado, ya que la desaparición no sólo atrajo atención sino respaldo; por ello, la Casa Blanca dijo que el presidente Joe Biden está al pendiente del proceso, pues expertos precisaron que el Titán no se abre por dentro y no hay opciones al interior para los tripulantes ya identificados: el multimillonario británico Hamish Harding, el fundador de OceanGate, Stockton Rush, el explorador francés Paul-Henry Nargeolet, el empresario pakistaní Shahzada Dawood y su hijo Suleman.
Lamentablemente la búsqueda se rige por el tiempo y mientras reciben más instrumentos las posibilidades se acortan.
A este riesgo se suman polémicas en torno a la firma de expediciones submarinas, pues el diario británico Daily Mail reveló que retrasó la búsqueda ocho horas, tiempo que tardó en notificar a EU y Canadá que perdió el rastro.
Según la cronología fue casi dos horas después de activar la inmersión cuando se interrumpió todo contacto el pasado 18 de junio, luego de una falla que obligó a cambiar al sistema manual; no obstante, fue hasta la tarde que la firma, cuyo directivo sigue a bordo del sumergible, solicitó ayuda, mientras se sospecha de una implosión o una grieta.
Posteriormente, se destaparon problemas de seguridad a los clientes, mismos que datan de antes de sus operaciones para trasladar a quien esté dispuesto a pagar sumas millonarias.
El exdirector de operaciones marinas David Lochridge explicó que como encargado alertó del error en 2018. En respuesta lo despidieron y sólo le dieron 10 minutos para dejar el edificio. No obstante, la firma precisó en una demanda que su salida se debió a la resistencia a los consejos de un ingeniero y, pese al surgimiento de esta información, no hubo un posicionamiento de OceanGate.
Asimismo, se detalló que Titán no cumple con estándares para un sumergible, pero los creadores del artefacto que denominan “el más grande de todos en aguas profundas” aclararon que optaron por la innovación sin afectar las normas, pues su industria requiere ser más llamativa. Pero evitaron hablar sobre si este tema incide en la seguridad.