Los discursos de campaña dirigidos a la comunidad LGBT+ de Turquía durante las elecciones del mes pasado han dejado a algunos viviendo con el miedo constante a las redadas policiales e incluso planeando abandonar el país.
Antes de la primera votación y segunda vuelta, que ganó el presidente Tayyip Erdogan, atacó repetidamente a los grupos LGBT "perversos" y prometió fortalecer y proteger los valores familiares tradicionales.
A algunos les preocupa que tal intimidación se amplifique durante el nuevo mandato de cinco años de Erdogan, incluida una posible represión legal. Se esperan nuevamente detenciones en los desfiles del Orgullo del domingo, que atraen a cientos de personas a las calles a pesar de estar prohibidos.
Bekir, de 21 años, estudiante de derecho, mencionó que, a diferencia de años anteriores, él y su pareja gay ahora vivían con el temor de que una denuncia de un vecino en su complejo de apartamentos pudiera conducir a una redada policial.
La discriminación que enfrenta la comunidad LGBT+ ha convencido a la pareja de planear irse de Turquía, dijo.
Durante la campaña, el Partido AK de Erdogan, de raíces islámicas, acusó a la alianza opositora, que los encuestadores habían insinuado que ganaría, de ser "pro-LGBT" .
“La oposición perdió y nuestros temores se hicieron realidad. Huir parece la única solución, lo cual es muy molesto”, señaló Bekir, quien se negó a dar un nombre completo.
Reuters habló con otras siete personas contando planes similares para irse y citando a amigos LGBT que ya se habían ido.
El miembro del parlamento de AK, Rumeysa Kadak, dijo que las personas LGBT estaban protegidas en el país.
"Cuando se trata de personas LGBTQ que viven en Turquía, nunca hemos interferido en el estilo de vida o las elecciones personales de nadie, lo que también está garantizado por la constitución", señaló en televisión después de la segunda vuelta.
Sin embargo, algunos defensores de los derechos dicen que el odio contra la comunidad LGBT de Turquía ha aumentado desde 2015, año en que se prohibió el desfile del Orgullo de Estambul por lo que las autoridades llamaron "preocupaciones públicas y de seguridad".
Más personas se están yendo debido a la mayor presión del gobierno, sintiendo que sus vidas están en peligro, enunció Mahmut Seren, abogado y defensor de los derechos LGBT, sin dar cifras detalladas pero citando evidencia anecdótica de su trabajo.
“Turquía nunca ha sido el país perfecto para la comunidad LGBT, pero ahora la gente se siente insegura”, dijo Seren.
"VALORES MORALES"
Miembros de la comunidad y activistas con los que habló Reuters dijeron que la discriminación nunca había sido tan intensa y abierta.
El 7 de junio, la policía cerró la proyección de la película "Pride", sobre la solidaridad entre activistas homosexuales y mineros en huelga en la década de 1980 en Gran Bretaña, acordonando la calle de Estambul donde la Fundación de Investigación de Arte, Cultura, Estética y Ciencia había invitado a la gente a verla.
Cuneyt Yilmaz, un defensor de los derechos humanos, se estaba preparando para hacer un discurso de apertura ese día cuando dijo que se encontraba atrapado dentro del edificio. Preciso que los agentes de policía amenazaron con arrestarlo a él y a otros tres cuando querían salir.
Afuera del edificio, ocho fueron detenidos, dijo Yilmaz.
El gobernador distrital comunicó que la proyección iba en contra de los "valores nacionales y morales" y podría dañar la paz pública.
Matthew Warchus, el director británico de "Pride", aseguró sentirse solidario con la comunidad LGBT de Turquía.
La película, indicó a Reuters, "es un himno al coraje, la compasión y la tolerancia. Mi mensaje para quienes se oponen a que se vea es simplemente 'No hay nada que temer excepto el miedo mismo'".
Los defensores de los derechos dijeron que la retórica de la campaña equivalía a un discurso de odio y les preocupan los posibles cambios legales que podrían criminalizar el activismo LGBT, así como más violencia física contra la comunidad, a pesar de que no se ha intentado reformar la legislación desde la victoria de Erdogan.
El año pasado, las autoridades impidieron que cientos de personas se reunieran para el Orgullo de Estambul y detuvieron a decenas.
El gobernador de Estambul, Davut Gul, informó en Twitter este mes que no se permitiría ninguna actividad que amenace la estructura familiar tradicional.
Un picnic organizado por UniKuir, un grupo LGBT+ que se opone a la discriminación basada en la orientación sexual en las universidades, fue prohibido y dos estudiantes fueron detenidos este mes en la ciudad costera del Egeo de Izmir.
El Nuevo Partido del Bienestar, un pequeño partido islamista que respaldó a Erdogan en las elecciones, apuntó al evento en las redes sociales. Melih Guner, líder de su rama juvenil, señaló que se opondría a todas las "estructuras desviadas" y "nunca permitiría esta inmoralidad".
Algunos medios progubernamentales llaman a algunas organizaciones LGBT "grupos terroristas" y critican a la Unión Europea por financiarlos.
Cualquier cierre de organizaciones LGBT es una "amenaza real" para la sociedad civil de Turquía, dijo a Reuters un diplomático europeo.
Yilmaz, el defensor de los derechos LGBT, enfatizó que nunca antes habían sido atacados de esta manera. “Tenemos miedo pero no saldremos de las calles”, dijo.
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