El Gobierno de Emmanuel Macron prohibió la venta y uso de fuegos artificiales previo al Día de la Bastilla y una marcha anual por un crimen violento para evitar que extremistas aprovechen estos eventos para reactivar las protestas masivas por el homicidio de Nahel.
Tras unos días en calma, la nación se protege para evitar que la conmemoración del próximo 14 de julio se convierta en otro pretexto para aumentar los daños por las quemas de edificios y transporte público, por ello, lanzó un decreto para “prohibir vender, portar o transportar pirotecnia” ajena a las celebraciones del fin de semana.
Y es que dicho material fue la principal arma de vándalos presuntamente de grupos de ultraderecha y opositores a Macron para atacar a policías y funcionarios en la semana previa, lo que recuerda que dichos objetos alcanzan velocidades de hasta 100 kilómetros por hora y pueden resultar fatales si impactan contra una persona.
De acuerdo con reportes policiales, los disidentes que exigen justicia por el asesinato a tiros de un adolescente de raza negra a manos de la policía lanzaron estos artefactos incendiarios y con humo hacia las vallas humanas formadas por oficiales en calles de Nanterre y París.
Pero ello no les bastó, en su supuesta demanda de justicia, y escalaron la violencia al agredir a dos alcaldes.
Actos en los que la familia de uno de éstos resultó herida. Un grupo de disidentes ocasionó un incendio tras estrellar un vehículo en llamas y con botellas de acelerante contra su vivienda, mientras el funcionario reforzaba medidas de seguridad desde el ayuntamiento.
Pero en su intento por agredir a las fuerzas del orden también provocaron lesiones a otros manifestantes y personas ajenas a las jornadas de protesta masiva, que se extendieron por casi una semana y dejaron unos cuatro mil detenidos.
Y ante posibles maniobras para evadir la seguridad para armas cocteles incendiarios, la primera ministra, Elisabeth Borne, anticipó que se blindarán.
Se adelantó que desplegarán a los contingentes desde la noche del próximo 13 de julio y durante todo el 14, a unos días de que se reportara que las autoridades decomisaron hasta 2.7 toneladas de fuegos artificiales ilegales, ocultos en 189 cajas, y que pudieron usarse contra la Policía o para herir a inocentes, según un comunicado de la Fiscalía, hecho por el que ya fueron destruidos.
Sin embargo, se reveló que a través de redes sociales como Tik Tok, de acuerdo con The Guardian, ya se comercializan estos productos y acuerdan puntos de entrega para evitar ser detenidos.
Asimismo, medios locales informaron que la gestión de Macron también intentó evitar una movilización este fin de semana para conmemorar el séptimo aniversario del deceso de Adama Traoré, un descendiente africano igual que Nahel, quien fue sometido brutalmente por uniformados en 2016.
Bajo el pretexto de que podrían infiltrarse algunos vándalos, exhortó a la familia a detener su plan. A pesar de ello, los parientes salieron a las calles el fin de semana lo que desató empujones con las autoridades, hecho en el que uno de los hermanos de Adama fue víctima de los oficiales y sufrió un traumatismo craneoencefálico y fractura de nariz.
Ante este ataque adelantaron presentar una denuncia formal, mientras que el gobierno se defendió al señalar que éste agredió a la Policía.