La defensa del expresidente de Estados Unidos y aspirante a la candidatura republicana Donald Trump solicitó a la jueza retrasar el proceso legal en su contra hasta después de las próximas elecciones, sin adelantar un plazo.
Bajo la justificación de que es un caso “extraordinario” y a más de un mes de comparecer ante un tribunal por 37 cargos por mal manejo y retención ilegal de documentos clasificados, el magnate busca retrasar el juicio previsto para agosto, pero que el Departamento de Justicia pidió para diciembre, anticipando que éste afecta su agenda y cree que es posible hallar otra fecha más razonable.
En los alegatos difundidos por medios locales. Trump minimiza las serias acusaciones en su contra, al destacar que su aspiración para retornar a la Casa Blanca “requiere una enorme cantidad de tiempo y energía” hasta noviembre del 2024, garantizando que será quien enfrente a Joe Biden en las urnas.
Con dichas acciones recalca que es más importante su futuro político que los temas legales que lo persiguen, lo que destapa un cambio de estrategia.
Y es que la decisión no parece ir en la misma línea que antes, pues usó los citatorios en Miami y Florida —por falsificar registros fiscales para pagar sobornos— como otros eventos de campaña, pues aprovecha cada revés legal y político para insistir que es víctima de una persecución, hecho que le ha funcionado, pues se mantiene como líder entre republicanos para ser en el candidato, superando al gobernador de Florida, Ron DeSantis, y su exvicepresidente Mike Pence.
Dicha acción también muestra que no quiere que estas acciones limiten el tiempo que tiene para presentar sus planes en caso de regresar a la presidencia, luego de criticar el retraso provocado en la actual gestión demócrata.
Además, destaca que semanas antes el magnate consiguió renegociar el cambio de una audiencia, hecho que también afecta los plazos previstos para el juicio contra su exempleado Walt Nauta.