Corea del Norte advirtió ayer que la llegada del submarino estadounidense equipado con armas nucleares USS Kentucky al puerto de Busan, Corea del Sur, así como el despliegue de portaaviones y bombarderos, “alcanza efectivamente” el umbral fijado por Pyongyang para utilizar armas atómicas.
El ministro de Defensa norcoreano, Kang Sun Nam, aseguró en un comunicado divulgado por la Agencia Central de Noticias de Corea (KCNA, por sus siglas en inglés) que “el despliegue del submarino nuclear estratégico y otros activos podría caer dentro de las condiciones de uso de armas nucleares especificadas en la ley (norcoreana) sobre la política de fuerza nuclear”.
El país asiático también acusó a Washington y a Seúl de aumentar las tensiones en la región y criticó la primera reunión del Consejo Consultivo Nuclear el pasado martes, en la que ambos aliados buscaron mejorar la coordinación militar.
Corea del Norte también reconoció en el documento que “la fase de enfrentamiento militar en la península coreana ha emergido como una peligrosa posibilidad”, ya que los comentarios de ambas partes aumentan las probabilidades en torno a una exhibición de músculo militar, mientras continúa la presión política y diplomática contra Pyongyang por su programa de armas nucleares y misiles balísticos.
El año pasado, Pyongyang aprobó una ley nuclear de gran alcance que establece una serie de escenarios en los que podría utilizar sus armas atómicas, incluidos los ataques preventivos en caso de amenaza. Al respecto, Kang afirmó que la presencia del submarino estadounidense constituía una “amenaza nuclear y no disimulada” que significaba que “por primera vez después de 40 años se han desplegado armas nucleares estratégicas en la península coreana”.
Asimismo, subrayó que “la parte militar estadounidense debería darse cuenta de que sus activos nucleares han entrado en aguas extremadamente peligrosas”
El gobierno de Kim Jong-un ha llevado a cabo este año una serie de pruebas armamentísticas prohibidas por el derecho internacional, que incluyeron el lanzamiento de su misil balístico intercontinental Hwasong-18 de combustible sólido más reciente.
Por su parte, el portavoz del Departamento de Estado de EU, Matthew Miller, condenó en rueda de prensa el último lanzamiento de Corea del Norte, ocurrido en la madrugada del pasado miércoles.
“Estos lanzamientos son una violación de múltiples resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU. Son una amenaza contra los vecinos de Corea del Sur y contra la comunidad internacional. Seguimos comprometidos con un acercamiento diplomático con Corea del Norte, al igual que nuestro compromiso con la defensa de Corea del Sur y Japón”, dijo.
A su vez, funcionarios de Japón y Estados Unidos condenaron los lanzamientos y prometieron intensificar la cooperación para fortalecer la disuasión y sanciones contra Pyongyang, al tiempo que enfatizaron la necesidad de un diálogo.
En una reunión en la ciudad de Karuizawa, en el centro de Japón, Takehiro Funakoshi, director general de la Oficina de Asuntos de Asia y Oceanía del Ministerio de Relaciones Exteriores, declaró que Tokio busca fortalecer aún más la cooperación de seguridad tripartita contra el Norte y reiteró que el primer ministro japonés, Fumio Kishida, está dispuesto a reunirse con el líder norcoreano, Kim Jong-un “sin condiciones previas para resolver el problema con décadas de antigüedad de los secuestros de ciudadanos nipones por parte de Norcorea”.
Mientras que Sung Kim, representante especial de Estados Unidos para Corea del Norte, declaró que Estados Unidos “no tenía intenciones hostiles” y “estamos dispuestos y listos para sentarnos a la mesa de negociaciones”.
Caso king, sin respuesta
En otro tema, Corea del Norte no respondió ayer a los intentos de Washington de hablar sobre Travis King, el soldado estadounidense que se escapó cruzando la frontera y cuyas perspectivas para una rápida liberación aún no estaban claras en medio de las altas tensiones militares y la inactividad en los canales de comunicación.
“El Pentágono se puso en contacto ayer con sus homólogos en el Ejército Popular de Corea (del Norte). Según tengo entendido, las comunicaciones no han sido respondidas”, dijo el mismo Miller en conferencia de prensa el pasado miércoles.
De acuerdo con el vocero, la Casa Blanca, el Pentágono y el Departamento de Estado están colaborando para recopilar información sobre el paradero y el estado de King. Por su parte, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, indicó que el gobierno estadounidense continuará los trabajos para garantizar la seguridad del militar y que regrese con su familia.
El gobierno norcoreano tiene un largo historial de detener a estadounidenses y utilizarlos como moneda de cambio en sus relaciones bilaterales. Mientras que el mando de las Naciones Unidas, dirigido por Estados Unidos, ha declarado que está trabajando con el ejército de Corea del Norte para “resolver este incidente”.