La confrontación entre el gobierno federal y Texas por la contención migratoria escaló a una batalla legal cuando la gestión de Joe Biden demandó a Greg Abbott por la barrera de boyas que instaló.
El Departamento de Justicia emprendió acciones legales contra la entidad fronteriza luego de que ésta rechazó eliminar la estructura que se extiende por más de 300 metros sobre el río Grande y que, denunció, viola normas nacionales y amenaza la seguridad y la navegación estadounidense. Pero el republicano mantuvo su postura antimigrante y hasta desafió al presidente al sostener “nos vemos en la Corte, señor presidente”.
La Federación cumplió su amenaza al concluir el plazo notificado desde el pasado 21 de julio, pues recordó que, en su intento por impedir el cruce de miles de indocumentados, Texas incumplió la Ley de Ríos y Puertos (de 1899), pues no solicitó los permisos para tal acción, y “plantea preocupaciones humanitarias” al poner en riesgo a extranjeros irregulares que buscan una mejor vida en la región y a agentes fronterizos.
La demanda busca, a través de un juez local, que Abbott quite a la brevedad la barrera naranja entre Eagle Pass y Piedras Negras, en México, visible a varios metros de distancia, e impedir que implemente construcciones similares, como la colocación de alambre de púas, reveló la fiscal asociada, Vanita Gupta, al enfatizar que la insistencia de esa región por reforzar la contención migratoria podría dañar la política exterior de EU, ante reclamos diplomáticos de la nación vecina.
Pero la medida legal no frena a Abbott, pues previo a la demanda éste respondió al aviso de Justicia que su gobierno “utilizará su autoridad soberana para hacer frente a la crisis humanitaria”, al insistir que no violó la ley, pues se rige bajo la Constitución estatal.
Agregó que la iniciativa implementada a inicios de mes es clave para enfrentar “la crisis humanitaria”, misma que atribuyó a Biden al sostener tajantemente que es el resultado de una política de puertas abiertas, al recriminar nuevamente que el gobierno federal no hace su trabajo para frenar las oleadas de ilegales.
En una carta y comunicado, el republicano —quien ha intentado replicar políticas del expresidente Donald Trump— se lanzó contra el presidente al responsabilizarlo de alentar los cruces ilegales con acciones a medias y obstaculizar la soberanía texana en materia de seguridad, al insistir que los indocumentados son una amenaza para su población. Incluso, instó a Biden a demostrar que le interesa la seguridad fronteriza y hacer más.
El mandatario aprovechó el cruce para justificar sus planes como parte de la Operación Lone Star al advertir que “nadie quiere ver otra muerte en el río Grande”, lo que recuerda que a inicios de mes murieron ahogados en la zona cuatro migrantes, entre ellos un menor.
Supuesta preocupación que contrasta con el trasladado de 30 mil ilegales a ciudades santuario como Chicago, Denver, Filadelfia, Los Ángeles, Nueva York y Washington D.C. para mostrar el caos que representa la migración irregular por la falta de acción federal que obliga a Texas a crear “acrobacias políticas”.
Y aunque no respondió a la demanda de ayer, Abbott insistió en su misiva a Biden que el presidente parece apuntar “su dedo en la dirección equivocada”, en torno a la culpa sobre los récords de este año en cruces fronterizos.
Pero la Casa Blanca le recordó al republicano que en el último mes se registró una significativa caída tras imponer nuevas y más estrictas medidas en torno al asilo, como el fin de la aplicación del Título 42 tras concluir la estrategia para erradicar la pandemia de Covid-19.
La vocera de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, acusó a Abbott de “socavar activamente nuestro plan de aplicación de la ley fronteriza” al recordarle que el último mes EU registró su nivel más bajo en cruces irregulares, según datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés), pues en junio pasado hubo 144 mil 571 migrantes detenidos en la frontera, casi 30 por ciento menos que los 206 mil 702 de un mes antes, evidenciando que avanza la contención al sumar dos meses consecutivos a la baja luego de que a inicios del año fiscal impusiera una nueva marca con 235 mil cruces en sólo un mes.
Incluso, EU acusó al mandatario estatal de dificultar los arrestos en la frontera para su propio personal con las boyas de casi dos metros de altura.
