Un acto político religioso multitudinario se trasformó en un atentado cuando un presunto suicida se hizo estallar a unos metros del escenario y provocó la muerte de 44 personas en la provincia Khar, entre ellos uno de los líderes del partido Jamiat Ulema-i-Islam.
Sin detallar un motivo por el que la agrupación pro-Talibán fuera blanco de esta agresión, las autoridades confirmaron que el incidente dejó un saldo parcial de 150 heridos, pero no descartan que la cifra letal aumente, pues al menos 15 de las víctimas se encuentran en condición crítica y fueron trasladadas en helicóptero a otros hospitales.
Pese a la poca evidencia para apuntar contra los culpables, pues ningún grupo se atribuyó el ataque, la Policía reveló que se sospecha que el atacante no identificado usó hasta 10 kilogramos de explosivos para causar el mayor daño posible en un mitin al que acudieron hasta 500 personas entre simpatizantes y aliados de esta fuerza, y es que la detonación afectó a casi la mitad de los asistentes.
En tanto, el jefe de la Policía local, Akhtar Hayat Khan, dijo que ya recuperan evidencia y advirtió que los culpables “pronto serán arrestados”, según declaraciones recogidas por el diario Pakistan Today sin adelantar cuál será el castigo contra el o los presuntos perpetradores.
Además, líderes reconocieron que la zona que limita con Afganistán enfrenta un alza violenta, misma que atribuyen al retorno del Talibán a la nación vecina.
Incluso, detallaron que tan sólo en el primer semestre del año el país contabiliza 389 fallecimientos por ataques que también involucraron bombas, lo que representa que en Pakistán cada día mueren en promedio dos personas en el territorio amenazado.