Igual que en las Cortes de Nueva York y Florida, el expresidente estadounidense Donald Trump se declaró inocente de cuatro cargos en su intento por anular un resultado electoral adverso y ante el mayor golpe a la democracia en el país, lo que representa el proceso más grave que enfrenta en ruta hacia la contienda de 2024.
Como se esperaba, el líder de la preferencia republicana para la nominación presidencial acudió al tribunal de Wa-
shington ante un fuerte dispositivo de seguridad, mientras algunos simpatizantes coreaban su nombre.
Ahí enfrentó la tercera imputación en cuatro meses cuando la jueza Moxila Upadhyaya leyó los cargos del Departamento de Justicia en su contra por conspiración para defraudar a EU, para obstruir un procedimiento oficial y contra los derechos y por obstrucción e intento de obstruir un procedimiento oficial en referencia a la certificación electoral.
Pero el aspirante a la Casa Blanca, vestido de traje azul y corbata roja, respondió firmemente “no culpable” en una sala que contó con la presencia en primera fila del fiscal especial, Jack Smith, a quien Trump evitó con la mirada, pero volteaba hacia su lugar constantemente evidenciando su malestar contra quien supuestamente lo persigue, según periodistas en la sala.
En la misma semana en que se revelaron los delitos a imputar, el magnate compareció y ya acumula 78 cargos. De ser hallado culpable por los últimos conllevaría una pena de varios años en prisión, pues tan sólo uno de los agravios al país, bloquear la transferencia de poder, se castiga con 20 años, según la ley.
Tras casi una hora en la Corte de la capital de EU, a un kilómetro del Capitolio que sus seguidores extremistas asaltaron contra un supuesto fraude para evitar su reelección, Trump se retiró junto a sus abogados Todd Blanche y John Lauro luego de ser fichado y puesto bajo custodia, con la advertencia de que su libertad podría ser revocada.
Y es que en un mensaje inusual, la magistrada Upadhyaya precisó que debe cumplir las condiciones como no contactar a ningún testigo o jurado para tratar de influir en su postura, a menos, en el primer caso, que sea un tema legal, que se hará sólo a través de sus defensores. Sector que además prevé ampliar la revisión para ir a juicio, al argumentar que la Fiscalía tuvo años para la acusación, pero que críticos ven como otra medida dilatoria ante su agenda electoral.
Desde el aeropuerto Ronald Reagan, antes de partir a Nueva Jersey, Trump arremetió otra vez contra el presidente Joe Biden, quien se mantiene en silencio, y el fiscal Smith al calificar este hecho como “un día triste para EU”. Insistió que ésta es otra interferencia al alardear que “si no puedes vencerlo (a él), lo persigues y lo procesas”, al insistir que las encuestas lo ubican por encima de Biden, quien apunta a la reelección, en una contienda que ven como revancha de 2020.
Frente a la prensa, el republicano lamentó el deterioro en la capital, al declarar que no se parece a la que dejó cuando se retiró de la Casa Blanca sin hacer alusión a la insurrección derivada de su alegato de que hubo un amaño para impedirle un segundo mandato consecutivo.
Su equipo legal sostiene que defenderá su derecho a la libertad de expresión cuando aún estaba en la presidencia ante posibles anomalías en los comicios, pese a que aliados, políticos a los que presionó y críticos le recalcaron que no había evidencia de un fraude. Al respecto, destaca que es el único imputado por la conspiración ocurrida entre noviembre de 2020 y la insurrección del 6 de enero de 2021, pero la acusación identifican a seis coconspiradores para sustentar las mentiras en su intento por “permanecer en el poder”, según la acusación de 45 páginas.
Tras concluir el proceso, se estableció una audiencia para el próximo 28 de agosto por su interferencia electoral, a la espera de que Georgia defina si tomará acción legal contra Trump por el mismo tema y del reemplazo de cargos por los archivos secretos, cinco días después del primer debate republicano. Sin embargo, Trump aún no confirma si asistirá, al demeritar un acto en el que supera a su más cercano competidor, el gobernador Ron DeSantis, por más de 30 puntos, según las encuestas recientes y posteriores a la acusación del fiscal Smith.
Además, destaca que en la sala no sólo se sumó la prensa sino tres policías que respondieron a la turba que creyó las rei-teradas mentiras del conservador y sus aliados en el Capitolio.
Se trata de los exoficiales del recinto Aquilino Gunnell y Harry Dunn y el uniformado de la fuerza metropolitana Daniel Hodges, quienes coincidieron que deben sentarse precedentes para cualquiera que intente atentar contra la democracia y demostrar que estos hechos sí tienen “responsables”.
Por separado, aliados republicanos recalcaron su apoyo a Trump al denunciar una politización en este nuevo caso y uso de la justicia contra el exmandatario. Mientras que del lado rival, los demócratas ven una ruta para castigar al principal incitador del asalto al Capitolio de hace dos años, tema en el que la expresidenta de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi resaltó que las bases de la Fiscalía ratifican el “trabajo patriótico” del comité que investigó al magnate.