El régimen ruso aseveró a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) que responderá si persiste la “amenaza exponencial” a su seguridad, luego de que dos países militarizaran la frontera que comparten con su territorio.
El ministro de Defensa, Serguei Shoigu, denunció que Polonia, con el que también limita Ucrania, adquirió un importante arsenal, con lo que anticipa una escalada, pues tales acciones son señales de que reforzarán al ejército de Volodimir Zelenski en esta guerra que, sostiene, aprovecha Occidente para ampliar su presencia en las fronteras con Moscú.
Tras presentar un informe de seguridad, el general recalcó que responderán al nuevo empuje del “títere”, pues Moscú insiste que algunos países usan a Kiev para librar una batalla que otros evitan el enviarle hasta 160 mil millones de dólares en armas.
Incluso, rechazó las acusaciones de supuestas agresiones contra Polonia y Finlandia, luego de que éstos redoblaran la presencia de soldados para sellar la frontera, especialmente en Varsovia ante el temor de que Grupo Wagner se infiltre en su territorio a través de Bielorrusia.
Y el régimen invasor aseveró que los verdaderos desestabilizadores están del lado occidental, al acusar que Polonia se transformó en el “principal instrumento de la política antirrusa de Estados Unidos”, según declaraciones publicadas por la agencia TASS.
Poco después, las fuerzas soviéticas denunciaron nuevos intentos de llevar la guerra a territorio ruso, pues en las últimas 24 horas se registró una explosión en una fábrica que dejó más de 40 heridos, un incidente en Belgorod y la irrupción de drones que derribaron cerca de la capital rusa, aunque no se confirmó la participación de Kiev.
