Tras horas de deliberación y nuevos testimonios, un gran jurado en Georgia entregó al juez Robert McBurney la acusación formal contra el expresidente Donald Trump por manipulación electoral, con lo que suma cuatro imputaciones en igual número de meses.
La decisión confirma la presión del republicano y 18 cómplices para garantizar que permaneciera en la Casa Blanca tras crear una presunta organización de extorsión criminal.
Aunque originalmente se reveló que el equipo deliberador aprobó 10 cargos sin filtrar nombres, pues McBurney concluyó la sesión alrededor de las 21:00 horas con un simple “es todo”; medios enlistaron hasta 41 cargos.
Según la investigación de la fiscal de Fulton, Fani Willis, los cómplices, entre los que destacan los abogados Rudolph Giuliani y John Eastman, el exjefe del gabinete Mark Meadows y presuntos falsos electores, conspiraron en delitos de organización criminal, falsificación, extorsión y hasta una solicitud de violación del juramento a un funcionario.
Este último cargo se vincula con la llamada telefónica del ahora aspirante a la presidencia al secretario de Estado de Georgia, Brad Rafensperger, para hallar los más de 11 mil votos que necesitaba para revertir la victoria de Joe Biden.
Tras esta formalización de la imputación, Willis exhortó a los implicados a entregarse voluntariamente para procesarlos en grupo —acto que medios anticipan será el primero televisado—. Tienen hasta el mediodía del 25 de agosto, pues el objetivo es que el juicio concluya en menos de seis meses, con lo que coincidiría con los otros que enfrenta el magnate por falsificación de registros comerciales, retención de archivos confidenciales y otra conspiración electoral.
Pero Trump y compañía exhibieron una interferencia electoral. Sus abogados tacharon de “absurdo” lo ocurrido ayer, mientras que el equipo de campaña del magnate denunció que “bajo el ‘cártel de Biden’ los republicanos enfrentan cargos penales por ejercer sus derechos a la Primera Enmienda”.
Incluso, aprovecharon la filtración previa para descalificar el proceso “amañado”, pues desde temprana hora Reuters destapó que en el portal judicial del condado de Fulton se publicó la lista de cargos, pero la autoridad lo desmintió.
Incluso, ésta señaló que tal filtración era “inexacta”, sin explicar cómo ésta apareció en su sitio web y sin aludir directamente a un posible hackeo.
Previamente, el exmandatario arremetió, como es costumbre, contra sus oponentes a través de Truth Social. Se lanzó fuertemente contra la fiscal Willis al declarar “no manipulé la elección” y que la postura de la funcionaria refleja una desesperación ante la cercanía de las elecciones en las que todo apunta a que Trump y Biden se enfrentarán otra vez.
El republicano agregó que la llamada mencionada no tuvo ninguna intención maliciosa, pues fue para exponer su postura contra un presunto fraude. Y acusó que en este proceso, con tal de imputarlo, han llamado a testigos que no tienen relación con esa elección, luego de que se viera desfilar a funcionarios y testigos en la entidad.