El dictador nicaragüense Daniel Ortega no desiste de desplazar a sus críticos al ordenar la expropiación de los bienes de la Asociación Compañía de Jesús de Nicaragua, a sólo una semana de forzar el cierre de la Universidad Centroamericana, bajo ese control.
El sandinismo arrebató la personaría jurídica a la organización por incumplir en sus reportes fiscales de tres años, según lo publicado en el diario oficial La Gaceta. Y añadió que ésta ni siquiera contaba con junta directiva, ya que su última actualización data de 2020.
Por lo que el Ministerio de Gobernación acusó a los jesuitas de oponerse a la transparencia, lo que recuerda los casos que imputa a grupos religiosos y asociaciones que reciben recursos del extranjero, al sostener que éste es un plan para derrocarlo, por lo que en los últimos años ya eliminó a tres mil organizaciones.
Y adelantó que en breve la Procuraduría traspasará todos sus bienes al poder, acto que la Compañía de Jesús tachó de “agresión injustificada”, pues no sólo implica que les quiten su propiedad sino el cierre de más espacios educativos para controlar a los jóvenes, pues la asociación también administra los colegios privados Loyola y Centroamérica, este último con más de 100 años de historia.
Por ello, la agrupación jesuita denunció, de acuerdo con declaraciones recogidas por el diario Confidencial, un golpe para eliminar su presencia en Managua, pues en este tiempo no les ha dado la oportunidad de defenderse legalmente, con lo que dejan en el desamparo a sectores que dependían de ellos, luego de que hace unos días la Policía desalojó a sus representantes de las viviendas ubicadas cerca de la UCA, sin que pudieran sacar sus pocas pertenencias.
Con esta acción Ortega eleva su disputa directa con la Iglesia católica, pues en este 2023 arremetió contra religiosas, a quienes expulsó, y decenas de sacerdotes, quienes se encuentran en prisión por respaldar las movilizaciones en su contra de hace cinco años.