Estados Unidos reforzó sus lazos con Vietnam al garantizar que a cinco décadas de la confrontación histórica pueden “normalizar” relaciones, en un aparente mensaje al régimen chino.
El presidente estadounidense, Joe Biden, aprovechó su viaje a Asia, para la Cumbre del G-20, para trazar una nueva ruta bilateral con su homólogo vietnamita, Nguyen Phu Trong, y resaltó que la reunión “elevó nuestra cooperación”.
Al respecto, su aliado reconoció los avances de este encuentro en Hanoi, lo que apunta a una mayor cooperación en temas tecnológicos, a casi una década de un encuentro previo, pues lo conoció en la gestión de Barack Obama, en la que el ahora líder era vicepresidente.
Aunque el vietnamita no dio detalles del acercamiento, la prensa resaltó que deja la puerta abierta para la potencia ante los choques con el régimen oriental, pues afianza un socio alternativo en la cadena de suministro de conductores, misma que ha sido frenada por los choques con el gobierno de Xi Jinping.
No obstante, horas después Biden enfatizó que su alianza con este socio al igual que Japón y Corea del Sur, como otros del Pacífico, no busca asestar un golpe ni dañar a su competidor Beijing, luego de recientes choques en los que el régimen comunista cuestionó las abiertas críticas desde Washington.
“Ni quiero contener a China”, advirtió el mandatario al señalar que la prioridades es que la relación con Jinping siga en orden y en calma y adelantó que le gustaría tener otra reunión con su homólogo chino, mientras parte de su gabinete hace los propio con funcionarios de esa potencia.
Sin embargo, durante esta gira Biden sufrió un momento incómodo cuando tuvo problemas para continuar con sus respuestas a la prensa y ante la incongruencia de su mensaje y pausas sin motivo la vocera de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre intervino para poner fin a la conferencia, mientras que el mandatario sólo atinó a decir “no sé ustedes, pero me voy a la cama”.
