La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) aprobó 2 vacunas como refuerzo contra el COVID-19, mismas que se actualizaron para combatir las subvarientes de Ómicron.
El regular médico de la potencia recomendó las dosis adicionales de Moderna y Pfizer-BioNTech previo al invierno, temporada en la que son más comunes las enfermedades respiratorias, con lo que se adelantaban al periodo en que más contagios respiratorios se dan, lo que se combina con la circulación de la cepa BA.2.86, una de las principales amenazas en la actualidad.
Dicha estrategia responde al alza en las hospitalización y las defunciones de las últimas semanas. Según datos de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) en la región más afectada por este virus el repunte en ingresos hospitalarios fue de 15 por ciento, de acuerdo con el rastreo de ingresos hasta el pasado 26 de agosto, pero resaltan que los síntomas son menos graves, gracias a la inmunidad de vacunas previas.
En tanto, en los fallecimientos el incremento fue de hasta 10 por ciento en comparación con la semana previa.
Por ello, la FDA dio luz verde a nuevas inyecciones a casi un año de la última revisión de las vacunas para prevenir una situación crítica en el territorio que suma un millón 140 mil fallecimientos a causa del SARS-CoV-2, incluso para aquellos que no han recibida ninguna aplicación previa contra el virus que desató una pandemia.
Las vacunas estarán disponibles en breve para los mayores de seis meses de edad y se recomienda reforzar la inmunidad al aplicarse también las inyecciones anules contra la influenza; sin embargo, falta el respaldo de la CDC para fijar la fecha en que repartirán dichas dosis, pero calculan que éste podría darse en cuestión de semanas.
Además, dicha estrategia podría tener un impulso extra, pues se prevé que la farmacéutica Novavax lance también una versión actualización de su vecina, a la espera del respaldo de los reguladores médicos.
DAN