A más de un mes de la polémica muerte del líder del Grupo Wagner, Yevgeni Prigozhin, en un accidente aéreo, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, reveló que su deceso sí se relaciona con un arma.
El líder del Kremlin descartó las teorías que apuntan a un posible derribo por misil al sostener que no hubo “influencia externa” y detallar que todo apunta a que desde adentro del avión se activó una granada de mano, pues los cuerpos de los mercenarios accidentados en Tver tenían rastros de ésta, según nueva información del Comité de Investigación del Kremlin.
Incluso, dijo que probablemente el líder mercenario responsable de la rebelión de julio pasado en Moscú y sus aliados pudieron ingerir algo que provocara tal acción.
Y hasta puso en duda las condiciones en que viajaron al lamentar: “En mi opinión tal examen debería haberse realizado”, para determinar si concurrieron alcohol o alguna sustancia, pues recordó que en una de las oficinas de Prigozhin en San Petersburgo hallaron hasta 5 kilogramos de cocaína.
Pero evitó dar detalles dejando en el aire incógnitas sobre si fue uno de los pasajeros o de los tripulantes, aunque se desconozca si fue accidental, lo que abre la puerta a más investigaciones en torno al hecho ocurrido a finales de agosto pasado para determinar cuál de las víctimas tienen más fragmentos de esta arma, aunque algunas víctimas ya fueron enterradas por los mismos integrantes de Wagner.
Sin embargo, Putin precisó que aún no concluye la investigación en torno al cabecilla de esta empresa militar privada que se retiró de Ucrania pues aún podría surgir información para dar más pistas sobre el accidente del que el mundo sospechó de su Gobierno, pero enfatizó que el reciente hallazgo “es un hecho establecido”.
JVR