Israel se declaró en estado de guerra, luego de una ofensiva de Hamas desde la Franja de Gaza, hecho que fue reivindicado por el grupo militar que lanzó cinco mil proyectiles, en el inicio de la “Operación Tormenta de Al-Aqsa”.
En las primeras horas del sábado (noche en México) las sirenas antimisiles comensaron a sonar en el centro y sur de Jerusalén, extendiéndose hasta Tel Aviv, uno de los lugares más habitados del país, dejando al menos una persona muerta y 15 heridos hasta el cierre de esta edición, hecho que fue considerado por Israel como un ataque de gran envergadura.
“Hemos decidido decir basta ya a todos los crímenes de la ocupación (de Israel), su tiempo de arrasar sin rendir cuentas terminó”, apuntó el evasivo líder del brazo militar de Hamas, Mohammed Deif, al tiempo que instaba a todos los palestinos a enfrentarse a Israel.
También confirmó que tiene secuestrados los cuerpos de decenas de soldados israelíes muertos en enfrentamientos en la frontera, y de al menos uno vivo.
En respuesta, el ministro de Defensa israelí, Benny Gantz, escribió en su cuenta de X, antes Twitter que Hamas pagaría las consecuencias.
"Hamas cometió un grave error y Hamás cargará con las consecuencias, Todos los ciudadanos israelíes respaldan a las FDI y a las fuerzas de seguridad, y el gobierno cuenta con pleno respaldo para cobrar un alto precio por cualquier acción decidida y responsable", dijo.
Gantz también pidió fortalecer todas las fuerzas de seguridad.
"Seguiremos atentos, unidos y asestaremos un duro y doloroso golpe al enemigo", sentenció.
Por lo pronto, el ejército israeló ordenó a todos los habitantes que se encuentran en ciudades cerca de la Franja de Gaza a no salir de sus casas o en los refugios antiaéreos, mientras el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y su ministro de Defensa, Yoav Gallant, se encuentran en reunión para valorar las acciones a seguir.