Un hombre de la ciudad de Nueva York, en Estados Unidos, vivió una noche de película, luego de quedar atrapado en el interior de una bóveda de máxima seguridad de una joyería que, gracias a su sistema de seguridad, no pudo ser desbloqueada sino hasta la mañana siguiente.
Las autoridades respondieron al llamado de auxilio, pero no pudieron abrir la cámara de hormigón y acero reforzado dado que las herramientas que necesitaban utilizar ponían en peligro la vida de la víctima.
Trabajador de joyería lo dejó encerrado por error
La insólita situación comenzó a gestarse el martes por la tarde cuando el hombre ingresó a una de las principales joyerías que alberga el reconocido edificio World Diamond Tower ubicado en la Quinta Avenida, 580. Se trataba de un cliente que quería acceder a sus ahorros y bienes resguardados en uno de los depósitos de la bóveda.
Alrededor de las 19:00 horas locales ingresó a la cámara de seguridad. Allí contaba con un cierto tiempo límite para permanecer en su interior. Sin embargo, un trabajador de la joyería pasó por el lugar y cerró la puerta dado que la tienda estaba próxima a cerrar.
Desesperado, el hombre intentó salir. Quiso abrir la compuerta, pero la cámara acorazada se había bloqueado y quedó herméticamente sellada a partir de las 20. Y es que el mecanismo de seguridad regula que cuando el reloj marca esa hora, no se puede abrir sino hasta la mañana siguiente, como medida de extremo cuidado para evitar robos tanto del exterior como del interior.
El cliente quedó atrapado en la bóveda de seis por 12 metros y enseguida tomó su celular para pedir auxilio. Llamó tanto a los bomberos como a la Policía que no tardaron en presentarse al lugar e iniciar las maniobras para rescatarlo. Los agentes se mantuvieron en comunicación constante con el hombre a quien podían visualizar a través de las cámaras de seguridad.
Bomberos intentaron hacerle un hoyo a la bóveda
John Sarrocco, el subjefe de los bomberos de Manhattan fue quien quedó a cargo de la operación y explicó que la idea inicial de su equipo fue taladrar el muro de hormigón reforzado de 76 centímetros de espesor. “Se inició el proceso de abrir una brecha en el muro de la bóveda”, dijo en conferencia de prensa desde el lugar.
Esto demoró más de seis horas, pero cuando se prestaban a continuar se encontraron con una plancha de acero de alto calibre. Sarrocco comentó que contaban con los instrumentos para perforarlo, pero el trabajo requería la utilización de sopletes que suponían un problema.
“El problema con la plancha es que tendríamos que usar los sopletes, lo cual afectaría el ambiente interior donde estaba el hombre”, sostuvo.
Por eso, al final se decidió esperar hasta la mañana siguiente hasta que el sistema de seguridad se desactivara y la compuerta pudiera ser abierta desde afuera. Las puertas se abrieron a las 7 de la mañana, como estaba previsto, y el hombre salió ileso, dijo Sarrocco.
DAN