Un reservista del ejército de Estados Unidos asesinó al menos a 22 personas tras desatar caos en dos negocios en Maine, sin motivo aparente y quien sigue prófugo luego de horas de búsqueda.
Tras alertas de ataques en “múltiples ubicaciones”, el Departamento de Policía de Lewiston confirmó una situación de “tirador activo”. A través de Facebook reveló que un hombre armado presuntamente con un rifle semiautomático, quien vestía sudadera café con capucha y pantalón azul tipo cargo de acuerdo con cámaras de vigilancia, baleó a unas 70 personas en el bar Schemengees y en el bolerama Sparetime; lamentablemente más de la tercera parte de las víctimas murió tras el tiroteo masivo 564 de la nación en el año, según un recuento de la organización Gun Violence Archive.
Horas después, la Policía reveló que buscaban a Robert Card, de 40 años, quien la cadena ABC News identificó como un instructor certificado de armas, versión que corroboró la entidad al compartir una ficha de la “persona de interés”, un reservista de Saco.
Ante la emergencia, la gobernadora, Janet Mills, y cuerpos de seguridad exhortaron a residentes a resguardarse bajo llave en sus viviendas, pues el agresor a quien describen como “armado y peligroso”, seguía prófugo. También se informó que huyó en una camioneta blanca, modelo Subaru Outback 2013, con el parachoques negro, hecho por el que el Buró Federal de Investigación (FBI, por sus siglas en inglés) ofreció su total colaboración.
Aunque se pidió a la población no salir de casa ni a carretera se le exhortó a estar pendiente y reportar a los números de la Policía datos sobre el paradero del criminal tras compartir más fotografías de él y datos de la unidad que conducía, misma que, tras un operativo con cientos de agentes, fue ubicada a unos 10 kilómetros de una de las escenas del crimen al cierre de esta edición, según el comisionado estatal, Mike Sauschuck.
En busca de más información del agresor medios locales identificaron que Card tenía antecedentes por salud mental y estuvo internado al menos dos semanas en un centro especializado el verano pasado, presuntamente por amenazar con perpetrar un tiroteo en instalaciones del ejército como en su base de entrenamiento, aunque una ficha policial expuso que éste admitió que escuchaba voces.
Dicha información ratifica el peligro de que personas consideradas de riesgo, tengan acceso a armas, tema que ha tratado de prohibir el presidente Joe Biden, quien no se pronunció al respecto, pero la Casa Blanca notificó que fue informado sobre la situación y de inmediato se comunicó con la mandataria.
Ante el terror vivido en la región, Mills recalcó que mantiene estrecha comunicación con el área de Seguridad Pública para actualizar la información sobre este acto inusual, pues en lo que va del 2023 es apenas el segundo tiroteo masivo en la entidad. Según datos de Gun Violence el único antecedente ocurrió a mediados de abril, con un saldo letal cinco veces menor al dejar cuatro defunciones y tres heridos.
Por separado, el alcalde Carl Sheline se dijo “desconsolado”, pero destacó la fuerza de la población para salir adelante tras un acto como éste.
