Sergey Brin, cofundador de Google, quizá lo vio en su cabeza como lo vieron los poderosos de las primeras décadas del Siglo XX, cuando vieron a los dirigibles como colosos del aire que podrían transportar a la gente de un lugar a otro. Y quizá, como a aquellos poderosos de la época, el sueño se le haga realidad.
El magnate de esta industria tecnológica, fundó hace ocho años la compañía LTA Research, para la fabricación de un dirigible en California. Recientemente recibió la autorización para que su aeronave, bautizada como Pathfinder 1, ejecute su primer vuelo en Estados Unidos, planteándose la posibilidad de que en algún momento, se convierta en una alternativa al transporte público tradicional en la actualidad.
¿Qué es el Pathfinder 1? ¿Cómo se ve?
De acuerdo a medios como El Español, el Pathfinder 1 está compuesto por una megaestructura de 10 mil tubos de fibra de carbono, la cual está reforzada con polímero y tres mil uniones de titanio. En el interior, como método de sustentación primario, se llenará de helio no inflamable, gracias a su ligereza.
El Pathfinder 1 cuenta con una longitud de 124 metros y servirá a LTA como banco de pruebas para desarrollar la tecnología necesaria con el fin de fabricar dirigibles que sean mucho más grandes. Tiene, además, 20 propulsores eléctricos desarrollados en colaboración con Pipistrel, que dan un manejo direccional total gracias a que pueden girar.
"Podremos construir aeronaves que sean más rápidas, más seguras, más respetuosas con el medio ambiente y que tengan mayores capacidades que cualquier aeronave construida antes", dijo Alan Weston, CEO de LTA y también exdirector de programas de la NASA.
¿Qué sabemos de sus próximos vuelos?
El Pathfinder 1 recibió la autorización para ejecutar su primer vuelo dentro de los límites de Moffett Field y el espacio aéreo del aeropuerto de Palo Alto, pero sin ascender más allá de los 460 metros. La reserva de este lugar en donde se harán las primeras pruebas, permite que opere en una de las zonas con más congestión de tráfico aéreo en el mundo, como la Bahía de San Francisco.
¿Te los imaginas como alternativa al transporte público? Veremos.
