Los partidos Socialista Obrero Español (PSOE) y Junts confirmaron un acuerdo para la amnistía a independentistas y prevén que a más tardar la próxima semana se realice el primer intento de investir a Pedro Sánchez para un nuevo Gobierno.
Tras seis años del fallido referéndum de Cataluña, el líder prófugo Carles Puigdemont retorna a los reflectores como la vía para llevar al presidente izquierdista a un segundo mandato consecutivo al garantizar los primeros pasos para romper con el inédito “conflicto catalán”.
A cambio del perdón a los secesionistas, éste comprometió los siete votos de su fuerza para lograr el umbral de 176 y vencer a la derecha, que fracasó en dos intentos previos; con lo que evitan nuevas elecciones, bajo la condición de ampliar la discusión que beneficiará a quienes son investigados desde 2012, a los procés y a personas involucradas hasta el presente, en referencia al uso abusivo de la justicia tras el polémico referéndum.
Al respecto, el número tres del partido en el poder, Santos Cerdán, enfatizó que no se habló de “nombres en particular”, mientras que Junts recalcó que mantendrá su alianza con el PSOE mientras éste cumpla los acuerdos adquiridos de cara a la soberanía de Cataluña, acto para el que instalarán comisiones de investigación con apoyo de relatores internacionales para dar forma al proceso
Tema en el que Puigdemont, quien huyó a Bruselas y contra quien pesa una orden de extradición, refrendó “no hemos cometido crimen alguno; no necesitamos pedir perdón” en torno a la ruptura en el Estado europeo.
Y tras amarrar la negociación, por la que la Unión Europea externó sus dudas y solicitó detalles, adelantan que podría ser entre el 15 y 16 del mes cuando se lleve al Parlamento la investidura, a espera de la confirmación de la fecha de la presidenta del órgano, Francina Armengol.
En tanto, los partidos Popular (PP) y Vox —de tendencia más extremista— rechazaron la amnistía al igual que decenas de personas que se manifestaron en contra del acuerdo con el que Sánchez ampliará su gestión.
Unos ocho mil críticos se congregaron en la sede socialista en Ferraz, en Madrid, en total inconformidad, lo que provocó choques y el arresto de 15 disidentes; mientras que otros más protestaron en otras ciudades como Barcelona y Valencia. El Gobierno acusó a la oposición de desatar la violencia, sector que alegó que organizará su protesta para mostrar que son pacíficos.
El mismo día la nación registró dos atentados contra políticos, aunque no se confirmó su relación con la amnistía.
La Policía informó que el derechista y fundador de Vox, Alejandro Vidal-Quadras, recibió un tiro en la cara. Acto que aseguran fue premeditado, pues el perpetrador era una persona preparada, iba directo contra él y huyó en una moto, mientras que el exfuncionario fue hospitalizado. Al respecto, las autoridades revelaron que una de las líneas de investigación es si el ataque fue ordenado por el régimen iraní, por su evidente oposición a éste tras incluirlo en una lista como presunto cómplice del terrorismo.
Horas después, el alcalde del PSOE Víctor Mora fue atacado con cuchillo al grito de “traidor”, según testigos y aliados del afectado. Y a diferencia del primer caso sí hubo un detenido.