Hunter Biden, hijo del presidente estadounidense Joe Biden, fue acusado formalmente de nueve cargos por evasión, con lo que suma 12, apenas la séptima parte de los que enfrenta Donald Trump, rival de su padre para las elecciones de 2024.
A cinco meses del fracaso de un acuerdo para evitar la cárcel, mismo que sus críticos tacharon de “indulgente”, el fiscal especial David Weiss confirmó la nueva imputación por un adeudo de 1.4 millones de dólares por anomalías cometidas entre 2016-2019, lo que incluye una evaluación fiscal de 2018.
Al respecto, el funcionario de California recriminó al imputado por preferir derrochar ese monto en un estilo de vida lujoso y extravagante en vez de pagar sus impuestos, pues según el expediente en sólo cuatro años el empresario ganó hasta siete millones de dólares.
Reclamo ante el que Hunter se ha defendido en reiteradas ocasiones al reconocer públicamente que durante esos años enfrentó una severa lucha contra las adicciones, de la que ya también han hablado abiertamente su padre y la primera dama, Jill Biden.
Dicha resolución aumenta la presión de los opositores para indagar los negocios internacionales de uno de los hijos del Ejecutivo federal.
Además, supone un duro golpe al líder de la Casa Blanca, pues en caso de ser hallado culpable su hijo podría pasar hasta 17 años en prisión.
Sin embargo, demócratas acusan que esas acciones son sólo un intento de atacar a Biden, al recordar que tras meses de poner la lupa en sus finanzas no han encontrado evidencia que dé señales de irregularidades, actos de corrupción o abuso de autoridad de la familia. Y el mandatario enfrenta un interrogatorio, pues se prevé que acuda al Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes la próxima semana.
