Asume Gobierno de Argentina

Inicia era Milei con recorte de gasto y ministerios: “No hay plata”

El ultraderechista asume como presidente de Argentina; advierte que crisis empeorará antes de que haya signos de recuperación

Cristina Fernández gesticula mientras Alberto Fernández entrega el bastón presidencial a Javier Milei.
Cristina Fernández gesticula mientras Alberto Fernández entrega el bastón presidencial a Javier Milei. Foto: Reuters

El ultraderechista Javier Milei asumió como presidente de Argentina con la dura advertencia de que en la ruta de la reconstrucción nacional la economía empeorará antes de dar signos de recuperación en un “desafío titánico”.

Ante miles de simpatizantes afuera del Congreso, así como legisladores y delegaciones del mundo invitados a su toma de posesión, enfatizó que recibió la “peor herencia” en la historia local, pues nunca un Gobierno encaró esas cifras de deuda e hiperinflación, que catalogó de “bomba”; pero insistió que saldrán del pozo al corregir errores del pasado.

En un discurso de más de 30 minutos, tras recibir la banda presidencial de manos de su ahora antecesor Alberto Fernández, el economista de Libertad Avanza sentenció que este 10 de diciembre, cuando la nación celebra el 40 aniversario de la Constitución, comienza una era de progreso para enterrar décadas de fracaso y disputas sin sentido, de las que culpó al kirchnerismo.

Mientras sus simpatizantes vestidos con camiseta albiceleste coreaban “Milei presidente, Milei presidente” y ondeaban banderas argentinas, el “libertario” de 53 años precisó que revertir ese panorama destapa un inminente shock, pues anticipó decisiones difíciles que no deseaba, pero a las que está obligado pues medidas graduales no funcionarán, alertó, ya que en el futuro pagarán “el desmadre monetario” del peronismo.

Entre invitados destacan sus homólogos (de izq. a der.) Volodimir Zelenski (Ucrania), Vahagn Khachaturyan (Armenia), Gabriel Boric (Chile) y el rey de España, Felipe VI.
Entre invitados destacan sus homólogos (de izq. a der.) Volodimir Zelenski (Ucrania), Vahagn Khachaturyan (Armenia), Gabriel Boric (Chile) y el rey de España, Felipe VI.

En la ceremonia a la que asistieron homólogos, como el ucraniano Volodimir Zelenski —en su primer viaje a América Latina—, Gabriel Boric (Chile), Luis Lacalle (Uruguay) y Santiago Peña (Paraguay), pero se ausentaron México y regímenes de los que se deslindó —Nicaragua, Cuba y Venezuela—, sostuvo que la única alternativa para romper con la hiperinflación, es dejar atrás un modelo económico que generó miseria, al prometer que ése será el último mal trago para los hogares, al recordar que en los últimos 100 años la clase política sólo despilfarró al convertir al Gobierno en “botín de guerra”.

Y asestó que no habrá retorno con tal de revertir errores y la destrucción de décadas que detonó el kirchnerismo, pese al guiño de Alberto Fernández, en el acto de traspaso del poder, acto que contrastó con el polémico gesto de la aún vicepresidenta, Cristina Fernández, al levantar el dedo a quienes la abuchearon, pero que luego se rió con Milei cuando le mostró su bastón presidencial tallado con los rostros de sus cinco perros.

El líder más joven en la era moderna abundó que al final en Argentina “va a haber luz”, pues serán testigos del fruto de sus esfuerzos, sin adelantar plazos. Agregó que tienen la resiliencia para salir adelante, pues mostraron en la elección que quieren un punto de inflexión, tema en el que recalcó sus convicciones al referir “prefiero decirles una verdad incómoda antes de una mentira confortable”.

Firma, antes de tomar posesión, el Libro de Honor del Congreso.
Firma, antes de tomar posesión, el Libro de Honor del Congreso.

Además, tras comparar las finanzas de Buenos Aires con las peores crisis de Venezuela, el ultraderechista enlistó los problemas actuales: nulo crecimiento desde 2011, la falta de plata, inflación de hasta 40 por ciento mensual que alcanzará 15 mil por ciento anual, según sus cálculos, un déficit del Producto Interno Bruto (PIB) que asciende a 17 por ciento, altas tasas de interés, salarios miserables y la hiperinflación que detonará la pobreza de casi 90 por ciento del país, más de la mitad actual.

Y portando por primera vez la banda presidencial pidió la confianza al pueblo para superar los ajustes tras una política que les arruinó la vida al resaltar “lo vamos a lograr”, al apostar por generar más empleo y mejores salarios, pues los cambios no se logran en un día, pero ya iniciaron con la ceremonia de ayer.

Posteriormente, tras firmar el Libro de Honor del Congreso, se dirigió a la Casa Rosada, en medio del tumulto que lo vio avanzar a ratos en un vehículo y a ratos a pie, sin despegarse de su hermana y mano derecha, Karina.

El líder argentino, Javier Milei, camina hacia la Casa Rosada junto a su hermana, Karina, ayer.
El líder argentino, Javier Milei, camina hacia la Casa Rosada junto a su hermana, Karina, ayer.

Milei, quien fue recibido en la sede por su vicepresidenta, Victoria Villarroel, apuntó que no todos los desafíos se enfocan en el plano económico, al apuntar a la seguridad, la educación y la salud. Momento que aprovechó para llamar a la unidad a sus críticos, pues su llegada al poder no es una amenaza, ya que “no venimos a perseguir a nadie, no venimos a saldar viejas vendettas”.

Sobre estos pilares admitió que el narcotráfico se apoderó de las calles, pero frenarán el “baño de sangre” al plantarle cara al crimen y respaldar a las fuerzas del orden. Y se comprometió a corregir fallas en temas de educación y salud, al señalar que el último está colapsado.

Horas después de reunirse con las delegaciones en la sede del Ejecutivo, incluyendo al rey de España, Felipe VI, firmó su primer decreto al confirmar, como revelaron medios, que su gabinete contará sólo con nueve ministerios, al reducir la cartera de 19 y mantener la de Salud, que pretendía fusionar con Capital Humano.

Los otros que se mantienen son los del Interior, Relaciones Exteriores, Defensa, Economía, Infraestructura, Justicia y Seguridad, este último a cargo de la exaspirante presidencial a la que sumó a su campaña tras la primera vuelta, Patricia Bullrich.