En otro intento por garantizar recursos, el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, se reunió con congresistas de Estados Unidos, pero el paquete económico sigue en vilo.
Ayer acudió al Capitolio para externar a legisladores, enfáticamente a los republicanos reacios a financiarlo, la urgencia de contar con armas antes de que sea tarde para encarar al invasor ruso, pues advirtió que sin apoyo militar y económico el conflicto escalará a un escenario más brutal, pero salió con las manos vacías, sin un compromiso firme.
Y es que el líder conservador de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, descartó priorizar la ayuda de 60 millones de dólares al recalcar, en declaraciones ante medios, que su objetivo es la seguridad en la frontera, dejando en espera a tropas ucranianas.
Pero poco después Zelenski admitió que vio “señales positivas” del bando republicano, tras reunirse con Johnson, aunque reconoció que las palabras no bastan en una lucha como la que tiene, poco después de aceptar que la contraofensiva no fue lo suficientemente fuerte.
Pero demócratas alzaron la voz en favor del aliado bajo amenaza. Chuck Schumer, líder de la mayoría en el Senado, recalcó que si no ayudan a Kiev “(Vladimir) Putin ganará, así de simple”, en un enérgico llamado a no ignorar a un ejército que resiste desde hace más de 650 días a intensos bombardeos.
Posteriormente, el presidente Joe Biden aumentó la presión al Congreso con nuevas advertencias. Desde la Casa Blanco dijo que un no a Kiev sería como adelantarle la Navidad al Kremlin, que desde hace meses espera el desgaste del ejército vecino para vencerlo. Y hasta ofreció 200 millones de dólares, a falta de respaldo legislativo.
El Ejecutivo reiteró, para revertir la posición opositora, que mientras puedan continuará esta ayuda, en referencia a un conflicto en el que también está en riesgo el mundo si Moscú decide lanzar nuevos ataques fuera de sus fronteras.