Las familias argentinas resienten el ajuste económico del presidente Javier Milei tras la devaluación de su moneda, mientras crece la crítica por el impacto al bolsillo y el ritmo que tendrá la inflación, pese a que organismos internacionales aplaudieron el plan radical.
Tras el duro golpe a 800 pesos el dólar, supermercados, verdulerías y tiendas registraron una sacudida, pues el primer impacto se reflejó en la canasta básica y alimentos, lo que obligó a cambiar etiquetas sobre frutas y legumbres.
Un día después de que el Ministerio de Economía destapara los 10 puntos para revertir la hiperinflación, las alzas en múltiples productos acapararon el mercado, lo que asociaron también al incremento en el impuesto a importaciones (a 17%), lo que anticipa que habrá más cambios en el cierre de año, al confirmar que situación empeorará.
Medios locales como La Nación indicaron que en algunos sectores hubo mercancía que ni siquiera llegó, debido a retrasos de proveedores, pues aún no definen nuevos costos, que ya oscilan en hasta 25 por ciento en comparación con días previos, y prefirieron esperar, pues estiman que algunos se dupliquen.
Reconocen que un alza desproporcionada alejaría a comerciantes y consumidores, tras la devaluación que catapultó el shock del “libertario”, pues ningún bolsillo soportaría tales precios, mientras aumenta la pobreza heredada del peronismo. Ello recuerda la advertencia del titular de Economía, Luis Caputo, sobre el ritmo inflacionario, al indicar que la leche se comercializaría en 60 mil pesos en un grave escenario, pese a costos de 400.
Incluso, portales ya destacaban notas del aumento en las gasolinas, pues Shell notificó un alza nacional de 37 por ciento, el doble en comparación con la semana pasada, y tiene precios de entre 590 y 685, pero que según expertos igualarían con el dólar ahora de 800, aunque hasta el pasado 12 de diciembre rondaba 360. Asimismo, documentaron cómo quedan los precios de servicios de streaming, pues al depender del dólar el costo de las plataformas se elevaría 30 por ciento.
Además, ya anticipan una importante caída de ventas en mercados específicos, como el automotriz, mientras que críticos denuncian que el único ganador será el mercado negro.
Frente a la desesperación por la “catástrofe” económica, se reveló que las políticas económicas del mandatario aún no terminan.
El diario Clarín adelantó que Milei analiza mantener “microdevaluaciones” mensuales, tema en el que Reuters abundó que ésas serían de hasta dos por ciento, sin especificar un plazo sobre el tiempo que se prolongarían. Además, el libertario busca acotar más el tema de subsidios —tras suspender pagos en energía y transporte— como parte de la austeridad que entrará en vigor el primer día del 2024.
Y horas después del duro impacto en la cartera, se reportó que el exmandatario Alberto Fernández cerró con una inflación récord de 12.8 por ciento, que amenaza que el año termine con hasta 200 por ciento, que podría duplicarse para el otro año.
El informe de noviembre del Índice de Precios al Consumidor (IPC) expone que la última “herencia” del kirchnerista fue la peor inflación mensual del último año, al superar la de septiembre (12.7) y rebasar por hasta 35 por ciento las cifras del mes previo.
Los rubros más golpeados, además de los alimentos y bebidas, fueron salud, por el gasto en atención médica y fármacos, y los servicios de comunicación, en referencia a la telefonía e Internet, todos por arriba de 15 por ciento, seguidos de recreación y mantenimiento del hogar, lo que confirma los dichos de Javier Milei de que ésta era la única alternativa para recuperar la nación.
Pero ese escenario sólo aumentó el escozor, pues sectores obreros recriminaron a Milei por los efectos de las primeras medidas, pues en la primera semana ya incumplió su promesa con una estrategia “nociva” y “desordenada”.
“No es la casta, el ajuste lo paga el pueblo”, exhibió la Confederación del Trabajo (CGT) al evaluar el anuncio de Luis Caputo. Y advirtió que no se quedará con las manos cruzadas ante los “recortes impositivos”, para proteger el bolsillo del pueblo, al recalcar que responderá a cualquier impacto en el salario, pues se corre el riesgo de paralizar la economía.
No obstante, el área matizó el tono al convocar a un diálogo para corregir los ajustes encaminados a revertir la hiper-inflación, en lo que denominaron un acompañamiento a los más perjudicados. Postura que contrasta con el aval de banqueros y organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM).