Ante las críticas a su decreto, Javier Milei, presidente de Argentina, justificó los cambios en sólo dos semanas y los sindicatos van por convertirse en su mayor desafío al convocar a un paro.
El Ejecutivo y su gabinete resaltaron, tras una reunión en la Casa Rosada, la importancia de concretarlo, así como el paquete de reformas en materia fiscal, de seguridad y electoral al ratificar que ésa es la vía para que Argentina florezca de nuevo, pero el Congreso ya alista fuertes límites en la materia.
Milei aseveró al pueblo que con ello el Estado dejará de ser su mayor obstáculo.
Sin embargo, no rebajó los ánimos y sus detractores escalaron la afrenta, pues la mayor central obrera convocó a la cuarta movilización en su gestión y primer paro el próximo 24 de enero, lo que contrasta con su plan para sancionar a quienes bloquean las calles, por lo que aliados ven a peronistas detrás de ellos.
Algunos recriminaron que con la ley ómnibus el ultraderechista tendrá facultades extraordinarias, lo que difiere de su promesa de quitar privilegios. A lo que la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, atajó que es un proyecto “razonable”.
Pero no evitó una nueva oleada de recursos para revertir el llamado superdecreto, hecho que el presidente y economista pareció ignorar, pues por la noche en un evento se le vio brincando y bailando, horas después de mostrarse sonriente junto a sus colegas desde el balcón de la sede presidencial.