El escenario mundial fue sacudido por otra guerra, ahora entre Israel y Hamas y en la que tras casi tres meses aún no se ve un fin, pues el ejército de Tel Aviv advirtió que faltan meses para destruir a los terroristas que desataron el “infierno”, que dejó 23 mil fallecidos, la mayoría del lado palestino.
El pasado 7 de octubre tres mil terroristas perpetraron el mayor ataque contra el pueblo judío desde el Holocausto, según el Gobierno de Benjamin Netanyahu, que creó un gabinete de guerra para responder con las Fuerzas de Defensa (FDI) la irrupción por aire, mar y tierra del rival en varios kibutz del sur tras vulnerar su seguridad en la frontera con la Franja de Gaza.
El resultado de la embestida fue de mil 200 asesinados a tiros y con explosivos y miles de heridos en cuestión de horas.
La resistencia islámica atacó indiscriminadamente a asistentes de un festival de música electrónica e irrumpió en viviendas, donde los refugios antimisiles no fueron suficientes, pues éstos buscaban hacer el mayor daño e incendiaron casas y autos y quemaron vivos a inocentes
Al agresor no le bastó la sangre derramada y secuestró a 240 israelíes y extranjeros que trasladó a su infraestructura subterránea en Gaza, acto que aprovechó para presionar a su contraparte y forzarlo a liberar a palestinos presos si querían a las víctimas de regreso.
Así, poco a poco, se destapó el horror, pues desde el día 1 circularon videos de la masacre y plagios, pues los encabezados por Yahya Sinwar portaban cámaras corporales para documentar sus crímenes, entre ellos violaciones y agresiones sexuales que quedaron de testimonio tras la muerte de varios criminales.
Con esa “ventaja”, Hamas amagó con ejecutar públicamente a los rehenes si Israel no cumplía sus demandas. Acto con el que aterrorizó al país y al mundo, pues devastó la zona con una masacre que dejó cadáveres con signos de violencia y cientos de desaparecidos, hombres y mujeres, niños y ancianos, de 40 naciones.
Al respecto, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) corroboró que entre las víctimas, había dos mexicanos: Ilana Gritzewsky Camhi y Orión Hernández.
Ellos vivieron escenarios diferentes. En el caso de la joven con doble nacionalidad (mexicana-israelí) se reveló que fue sacada de su domicilio en Nir Oz, la aldea más cercana al territorio palestino junto a su novio Matán Zangauker; mientras que Orión fue plagiado igual que su novia, la alemana Shani Louk, en el festival en el que asesinaron a más de 200. Su pareja fue vista por última vez al ser “paseada” como trofeo, pues la familia la reconoció en videos por sus tatuajes y rastas. Días después, su madre, Ricarda Louk, declaró con esperanza que su hija estaba viva, pero hospitalizada, según información de Gaza, y, finalmente, se confirmó su deceso al hallar rastros de ADN, que según forenses evidencian que no sobrevivió.
Frente al terror, incertidumbre y bombardeos, pues los yihadistas lanzaron miles de cohetes a Tel Aviv, Jerusalén y otras ciudades, Qatar se alzó como aliado clave al lograr, gracias a una tregua pactada, la liberación de 105 retenidos, en su mayoría niños y mujeres, incluyendo a la mexicana Ilana que estuvo 55 días encerrada, quienes se presumen fueron sedados para lucir relajados durante su entrega.
Sin embargo, más de un centenar sigue bajo control rival, pues la tregua en la que se garantizó ayuda humanitaria al abrir el corredor de Rafah no fue suficiente para salvar a todos, aunque Tel Aviv insistió en que no descansará hasta que todos retornen, hecho por el que ofreció una recompensa de hasta 400 mil dólares por información de Sinwar.
Lamentablemente en estos hechos varios rehenes perdieron la vida, pues las tropas recuperaron cuerpos de civiles y soldados en túneles y a mediados de diciembre las FDI admitieron en un acto “amargo” que mataron a tres de ellos, de origen israelí, al confundirlos con terroristas, pues huyeron de sus captores. Además, Israel también perdió a unos 100 militares en ataques y emboscadas.
No obstante, sigue la presión para un nuevo cese el fuego, que Israel —que recibió armas y apoyo mundial— niega al sostener que sólo se abre la puerta a que Hamas siga perpetrando ataques con el apoyo de Irán, pues se cree que financió el ataque, lo que provocó que otros enemigos se sumaran al conflicto como Hezbolá, desde Líbano, y los hutíes, en Yemen.
Pero Tel Aviv recalcó su rechazo al chocar con la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y con países latinos, como México y Colombia, que cuestionaron los ataques al igualar a la población palestina con el invasor Hamas.
Por ello, Israel exigió hasta la renuncia del secretario general de la ONU, António Guterres, mientras siguen los combates en los que Hamas mató a quienes dice proteger, pues 10 por ciento de las armas disparadas cayeron en Gaza, asesinando a inocentes en campos de refugiados y hospitales que ya no operan sin insumos.
Pese a ser su culpa, el enemigo usó los incidentes para acusar al rival que prometió acabarlos en una ofensiva “selectiva” para cercar y desmantelar a los extremistas que se esconden en una red de túneles a 10 metros de profundidad debajo de hospitales como Al-Shifa, escuelas y casas, lo que ratifica que usan a civiles como “escudos humanos”.
Además siguen las alertas en el mundo por posibles atentados terroristas, protestas contra embajadas y actos antisemitas.
