La asunción del presidente electo de Guatemala, Bernardo Arévalo, generó tensiones en ese país, después de que varios manifestantes amenazaron con irrumpir en el Congreso de Guatemala previo al evento, debido a que se retrasó una sesión para la toma de juramento a los legisladores recién elegidos.
Las autoridades decidieron colocar oficiales en las inmediaciones del recinto legislativo, mientras partidarios de Arévalo lanzaban consignas, exigiendo que se retomara la sesión, misma que fue suspendida después de que los congresistas salientes decidieran crear una comisión para revisar las credenciales de los nuevos legisladores, algo inusual en el proceso de cambio de poder en el país.
Las tensiones aumentaron luego de que el máximo tribunal de Guatemala decidió que los diputados de la fuerza política de Arévalo no asumieran el cargo afiliados al Movimiento Semilla, sino como independientes. Esta medida les impide unirse a la junta directiva del Congreso y debilita la capacidad del nuevo presidente para ejercer el poder.
Hasta el momento, no estaba claro si el retraso de la sesión afectaría la toma de posesión de Arévalo para el período 2024-2028.
Bernardo Arévalo logró un amplio triunfo en las elecciones de agosto. Pero, desde entonces, el Ministerio Público (MP) arreció en sus intentos por desacreditar su triunfo y entorpecer la transición.
Las medidas del MP han llevado a miles de guatemaltecos a tomar las calles y a la comunidad internacional a levantar su voz de protesta.
Pero también socavaron el frágil Estado de derecho guatemalteco colocando al país al borde de una crisis de gobernabilidad que podría limitar la implementación de las principales promesas de campaña de Arévalo, como sanear la administración pública, luchar contra la delincuencia organizada, generar más empleos y combatir el cambio climático.
Con información de Reuters.
