El régimen nicaragüense excarceló a 19 representantes de la Iglesia católica, a quienes expatrió a Roma, tras fuertes choques con el Vaticano.
De madrugada, como acostumbra, el presidente Daniel Ortega ordenó la liberación de 15 sacerdotes, dos seminaristas y del obispo Rolando Álvarez, quien cumplía sentencia de 26 años en prisión por supuesta conspiración, replicando el destierro de más de 200 políticos el año pasado, de acuerdo con monseñor Silvio Báez, también exiliado.
La medida se da a casi seis meses de que el obispo de Matagalpa rechazó un destierro a la Santa Sede, pues sostuvo que daría pelea al sandinista que en los últimos años abrió un cerco contra la Iglesia católica por, supuestamente, respaldar las peores movilizaciones en su contra y proteger a manifestantes. En respuesta el régimen detuvo a curas y monjas y se apropió de templos y hasta universidades ligadas a sus fundaciones, acto con el que dio un doble golpe al eliminar espacios críticos para su formación.
Horas después el Vaticano corroboró la versión. En su portal Vatican News informó que “a excepción de uno, que permaneció en Venezuela, todos llegaron a Roma en las últimas horas”. Dicho grupo permanecerá en la Santa Sede, al alojarlos en dependencias de la diócesis, sin que éstos dieran declaraciones.