Rebeldes hutíes redoblaron la provocación hacia Estados Unidos al disparar un misil balístico contra uno de sus barcos en el mar Rojo a días de que dichas fuerzas atacaran Yemen.
Informes de la tripulación del Gibraltar Eagle revelaron que el impacto dañó el carguero y provocó un incendio menos en su bodega, incidente que no afectó la navegación para concretar el viaje; hecho que corroboró el Comando Central del Gobierno de Joe Biden al advertir que éste no fue el primer intento de las milicias islámicas de incrementar las tensiones en Medio Oriente.
De acuerdo con datos de Washington, horas antes del impacto los rebeldes que respaldan a Hamas y Hezbolá lanzaron otro proyectil, pero éste no dio en el blanco, lo que amenaza con paralizar el comercio y la navegación global y pone en riesgo a tripulaciones, pues ayer medios informaron que habría al menos un herido, hecho que desmintieron fuentes de EU.
Pese al golpe, las fuerzas de Biden no anticiparon, hasta el momento, más ofensivas contra la amenaza como las de la semana pasada cuando atacaron por aire y tierra a los islámicos; mientras que ese sector, bajo el cobijo de Irán, sostuvo que seguirá embistiendo botes comerciales ligados a Israel o con destino al territorio que lleva más de 100 días bombardeando Gaza.
Horas después se reveló que Teherán se unió al ataque al disparar sus armas contra un presunto cuartel de espionaje del Mossad en Irak, lo que activó las sirenas y movilizó al personal de la embajada de EU en esa nación, ante una posible escalada.
