Alabama se convirtió en la primera entidad en Estados Unidos que ejecuta a un reo con nitrógeno, método experimental que superó una batalla legal.
A 14 meses de librar la muerte, el homicida Kenneth Smith regresó a la cámara en la que el año pasado intentaron sin éxito y por horas aplicarle una inyección letal.
Frente a miembros de su familia y de la víctima a la que mató en los 90, el hombre de 58 años fue colocado de nuevo en la misma camilla que en 2022; esta vez le esperaba una mascarilla con una alternativa que eligió la Correccional William C. Holman por las dificultades previas.
Pese a la negativa y reclamo de su defensa, organizaciones mundiales y críticos de la pena capital, por ser una alternativa a la tortura al prolongar su sufrimiento con un acto del que se desconocían sus efectos, Smith fue declarado muerto a las 20:25 horas de ayer, según Associated Press, al cumplir la pena dictada por asesinar a Elizabeth Sennett por encargo.
Sin embargo, no se revelaron detalles del método que atestiguaron unos pocos.
Y destaca que hasta el último momento sus abogados trataron de impedir que fuera un “conejillo de indias”. Pero la Suprema Corte rechazó intervenir y dio luz verde a la entidad que defendió la práctica al sostener que era “indolora”.
Además, la gobernadora, Key Ivey, indicó que tras “engañar al sistema” el reo pagó su deuda con un método que él mismo eligió, creyendo que no se aprobaría.
