Aún sin una necropsia tras la sorpresiva muerte de Alexei Navalny se informó que el cuerpo del principal crítico del presidente ruso, Vladimir Putin, tiene hematomas en el pecho.
En medio del hermetismo que abre sospechas de que el régimen oculta la causa de muerte del líder anticorrupción, un paramédico declaró al medio independiente Novaya Gazeta Europa que las marcas evidentes y vistas por compañeros que presuntamente trasladaron el cadáver de la prisión “Lobo Polar” a una clínica en Salekhard el pasado 16 de febrero son consistentes con una reanimación, como declararon fuentes del Kremlin.
Sin embargo, comentó que en su experiencia las señales descritas hablan de que el opositor que llevaba siete semanas en la cárcel más recóndita en el círculo Polar Ártico sufrió convulsiones al detallar que los moretones se debieron a que lo sujetaron con fuerza mientras tenía ese episodio y seguramente falleció de un paro cardiaco, esto tras descartar que las marcas fueran producto de palizas.
Ante la falta de información oficial sobre la causa de muerte, medios y allegados a Navalny buscan las respuestas que Moscú les niega desde hace tres días, lo que llevó a esta clínica donde personal sin identificar explicó que de manera inusual el cadáver fue llevado a esas instalaciones y no al área forense, mientras que se identificó que empleados del Comité de Investigación y del Servicio Penitenciario ingresaron a la colonia penal para obtener detalles de lo ocurrido.
Esa fuente consultada relató que desde ese día no se permite que patólogos realicen autopsias, aunque justificaron que esperan a especialistas de Moscú, lo que generó sospechas ante la posibilidad de que intenten borrar evidencia de lo hecho durante el encierro en un crimen por el que el mundo, principalmente potencias de Occidente, culpan a Putin.
Asimismo, se reportó que la madre del activista, Lyudmila Navalnaya, no ha podido ver el cuerpo de su hijo de 47 años, por lo que la organización de derechos humanos OVD-Info exigió la entrega del cuerpo del líder que sobrevivió a un intento de asesinato tras destapar actos de corrupción de Putin y su círculo cercano. En su página web inició una petición, que hasta el cierre de esta edición rebasó las 44 mil firmas para esclarecer la tragedia, mientras que su ahora viuda, Yulia Navalny, se despidió con un sentido “te amo” y una foto en la que él le da un beso en la cabeza mientras la abraza y sostiene un paraguas.
En tanto, cientos de ciudadanos desafiaron al régimen al rendir homenajes en las calles al hombre que se alzó como el líder capaz de vencer al régimen.
Luego de tres días de marchas y de colocar flores en monumentos improvisados, OVD-Info contabilizó 387 arrestos en más de 30 ciudades, actos en los que los oficiales golpearon a quienes enfrentan cargos de terrorismo, sospecha de ser agentes extranjeros y hasta por hacer pintas en relación con la muerte de Navalny. Y también hubo protestas fuera del país como en Alemania, donde el grupo de activistas anti-Putin Pussy Riot encabezó el movimiento luciendo pasamontañas rosas y portando un letrero en el que se leía “Putin asesino”.