La agenda legal-electoral del expresidente estadounidense Donald Trump parece acomodarse a su plan para retrasar sus juicios, pues la Suprema Corte de Justicia aceptó analizar el reclamo por una supuesta inmunidad ante las acusaciones por interferencia electoral.
A pocos días del primer supermartes del año, su equipo legal dio un paso clave para tratar de despejarle el camino de cara a los comicios de noviembre, pues ayer el máximo tribunal del país fijó para el 22 de abril la reunión para realizar el análisis correspondiente.
Dicha acción se da a sólo unas semanas de que Columbia rechazara tal protección al refutar los alegatos del empresario, pues refirió que perdió ese privilegio al dejar el cargo que ocupó entre 2017 y 2021 y advirtió que una inmunidad ilimitada sería un riesgo al colocarlo por encima de la ley, lo que recuerda que es el primer exmandatario en ser procesado en la historia de EU.
Sin embargo, abogados del republicano sostienen que la inmunidad debe prevalecer, pues quien ocupó el máximo cargo en el país debe estar respaldado jurídicamente ante decisiones que tomó cuando seguía en la Casa Blanca.
Con ello sugieren que su intención era proteger al país al poner en duda el resultado electoral, refutando las acusaciones de obstrucción o supuestos intentos de revertir el proceso electoral.
Pese al cambio que podría favorecerlo, al pausar el cronograma previsto para arrancar en marzo, según el fiscal especial, Jack Smith, no hay garantías para el favorito a la nominación republicana.
Y es que resalta que la resolución expone que no goza de inmunidad por sus esfuerzos para detener la certificación del ahora Ejecutivo y por incitar el asalto al Capitolio, como estableció Columbia en una votación de tres a cero, y abre la puerta a una celeridad en contra.
Pues aún sin fechas de por medio, pues el caso podría prolongarse meses, adelantan que la decisión llegaría antes de noviembre. Con lo que, Smith tendría tiempo para programar dicho juicio previo a los comicios en los que todo apunta que se enfrentará de nuevo a Biden como en 2020, antes de la insurrección.
No obstante, el conservador insiste que si retorna al Gobierno tendrá el poder de indultarse de los cuatro cargos de subversión electoral. Proceso a los que se añaden otros tres juicios por falsificación de registros comerciales en Nueva York al sobornar a una actriz porno con dinero que era para gastos legales; por tener documentos clasificados, mismos que escondió en su mansión de Mar-a-Lago en Florida y hasta conspiración electoral, ese último caso estatal en Georgia.
Y antes de esos escenarios, Donald Trump, quien suma cinco victorias en las primarias, sufrió golpes tanto en el legal como en lo electoral.
Se reportó que el magnate ofreció pagar 100 millones de dólares a cambio de la multa de más de 400 millones —pues cada día de retraso se acumulan 112 mil dólares— al admitir que no tiene la liquidez y que dicha sanción podría generarle un “daño irreparable”; pero las autoridades rechazaron su plan.
Horas más tarde fue eliminado de la boleta en otro estado, el tercero desde que el grupo Free Speech For People denunció su retiro de la contienda.
Ayer la jueza Tracie Porter respaldó a los votantes locales al declarar inelegible al político acusado de violar la Décimo Cuarta Enmienda al incitar la insurrección en el Capitolio en 2021.
Acciones con las que Trump robó reflectores a Hunter Biden, hijo del mandatario y quien ayer testificó ante el Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes sobre la presunta participación de su padre en sus negocios.
Al presentarse ante legisladores, el empresario de 54 años defendió a su papá al exhibir que la investigación para un juicio político que se abrió en su contra no es más que una clara persecución contra su familia, aunque no han hallado pruebas de algún delito cometido específicamente por el demócrata.
En una declaración desafiante, Hunter asestó que esta medida es sólo una “farsa, conspiraciones infundadas y motivadas por el MAGA (Make America Geat Again)” en alusión al lema del movimiento de Trump, quien busca la presidencia en el mismo proceso que Biden va por la reelección, esto un día después de que tanto el líder conservador como el mandatario ganaran las primarias en Michigan por sus partidos, para afianzarse en la carrera de 2024.
Según medios locales, de manera enfática el hijo del Ejecutivo aclaró: “No involucre a mi padre en mi negocio”.
Y añadió que éste ni siquiera tuvo participación en las decisiones comerciales de sus compañías o inversiones ni en el país ni en el exterior, ni como presidentes ni cuando era vicepresidente.
Acto que aviva los choques entre demócratas y conservadores, pues ambos bandos usaron lo ocurrido para lanzarse contra el rival; los primeros tacharon de “circo” el intento de desprestigiar al actual presidente y como un día de cacería, en busca de implicaciones de Hunter.
Mientras que la oposición insiste que Joe Biden sí se benefició de los negocios de su hijo en el extranjero, aunque no presentaron pruebas de ello.
Pues han tratado de que éste sea acusado al exhibir un doble rasero, pues evadió cargos por ocultar archivos secretos tras no recordar detalles y ser incapaz de responder dudas, según el fiscal Robert Hur. A unas semanas de ese informe el mandatario se sometió a un examen que indicó que es “apto para el servicio”.
Incluso, el líder elogió que no hay nada diferente en comparación con 2023 y su médico, Kevin O’Connor, descartó inquietudes al exponer “nada empeoró”.