Al ratificar que la frontera es la prioridad de Estados Unidos, al menos en campaña, el presidente, Joe Biden, y su rival Donald Trump protagonizaron un choque en la frontera al contrastar acusaciones a 500 kilómetros de distancia.
Desde los cruces de Brownsville y de Eagle Pass, respectivamente, se culparon mutuamente de la crisis tras el peor récord en la frontera cuando se superaron por primera vez los 300 mil arrestos en un mes, por los riesgos a la seguridad y las políticas para detener el flujo migratorio, acto en el que el líder de la Casa Blanca se mostró más conciliador.
Al enfatizar “es hora de actuar”, el demócrata convocó a su rival a dejar atrás la disputa partidista y mejor trabajar juntos para asegurar esa región.
Tras dialogar con agentes de la Patrulla Fronteriza en el que fue el cruce más crítico en el pasado, frente a Tamaulipas, Biden lanzó a su oponente “únase” y abrió la puerta a que sea él quien se sume al magnate para un proyecto conjunto; no sin antes reprocharle por “descarrilar” la propuesta “más fuerte y eficiente” en la Cámara de Representantes.
En su discurso apuntó que “alguien”, sin mencionar a su antecesor, presionó al líder de ese recinto, Mike Johnson, para que la bancada conservadora no respaldara su iniciativa y así forzar a otorgar más recursos a la frontera que a las guerras en Ucrania y en Gaza.
Tras escuchar demandas de oficiales en la zona, Joe Biden recalcó que en esta lucha está de por medio la seguridad y no deberían pensar qué partido se beneficia más al decir que los políticos deben recordar “para quién diablos trabajan”.
Y abundó que miembros de la Patrulla Fronteriza le evidenciaron que requieren “desesperadamente” recursos ante la falta de personal, tecnología y horas extras para mejorar todas sus capacidades, ante lo que mencionó que una inversión de cuatro mil millones de dólares sería crucial para reforzar los puntos de entrada en el país y cerrarle el paso a los ciudadanos irregulares.
El mandatario refirió que con ello se genera un efecto de disuasión al señalar que el objetivo es acortar a seis meses el procesamiento de solicitantes de asilo tras revelar que hay dos millones de casos pendientes.
Y si los retornan cada vez más rápido éstos ya no harán travesías desde México, Centroamérica o Sudamérica al ver la contención, por lo que dejarán de pagar hasta ocho mil dólares (más de 130 mil pesos) a contrabandistas. De lo contrario, sentenció, se alentará a seguir, pese a la larga espera y riesgos enlistados reiteradamente por el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas.
Por ello, el Ejecutivo insistió en un mayor presupuesto para impedir más cruces, deportar a infractores y redoblar el combate al tráfico de drogas, específicamente al fentanilo, gracias a escáneres que observó hace un año y que facilitan la inspección para detectar anomalías en camiones, neumáticos y paquetería.
En tanto, el favorito a la nominación conservadora, quien ya derrotó en cinco ocsiones a su contendiente Nikki Haley, avivó su retórica antimigrante en Eagle Pass, la zona que considera más crítica en esta lucha.
Ahí, junto al gobernador de Texas, Greg Abbott, y frente a simpatizantes que se dieron cita para respaldarlo en su carrera por la presidencia alentó políticas firmes para cerrar la frontera ante la “invasión” de miles y miles de “criminales” y “terroristas”, tras insistir en eventos previos que implementará la mayor deportación en la historia de EU.
Posteriormente, recorrió Shelby Park con Abbott —quien mantiene una batalla legal con la gestión de Biden— y con efectivos de la Guardia Nacional, donde observó las vallas con alambre de púas usadas en el río Bravo, y alardeó que si regresa al poder sellará la frontera, proceso en el que dijo que la Policía local de su aliado será clave para bloquear a quienes aguardan en la frontera.
Asimismo, se lanzó contra “invasores” a quienes insiste en tachar de delincuentes, pues usó el asesinato de la joven estadounidense Laken Hope a manos de un migrante para alentar a cerrarle el paso a éstos y tildar al venezolano detenido por ese crimen de “monstruo” y responsabilizar a Biden y a su política de fronteras abiertas de esa irrupción, pues el paso de gente como él, a quien el Gobierno dejó libre, le costó la vida a una mujer.
Postura a la que se sumó Abbott en redes sociales al advertir sobre ese homicidio: “A nadie más se le debería permitir ingresar ilegalmente a nuestro país para asesinar a ciudadanos estadounidenses inocentes”, luego de reconocer el esfuerzo histórico de Trump en materia migratoria al hacer de la seguridad fronteriza su prioridad
En medio de esta disputa, el Congreso aprobó otra ampliación de gasto de largo plazo para evitar el cierre gubernamental. En una votación de 77 contra 13, el Senado respaldó la cuarta extensión en los últimos meses, con lo que se anticipan nuevos jaloneos para garantizar los fondos que exigen los republicanos para la frontera y lo que resta del año fiscal.