Tras meses de presiones internas y hasta de potencias, el régimen chavista fijó la fecha de la elección presidencial, pese a que la oposición no tiene aspirante, ante la inhabilitación de María Corina Machado.
Según un mensaje del presidente del Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela, Elvis Amoroso, tendrán cuatro meses para organizar los comicios al convocar a la población a las urnas el 28 de julio, un acto que admitió era esperado.
Y resalta que Caracas eligió dos fechas alusivas al exlíder Hugo Chávez. El anuncio coincide con la conmemoración de su muerte y la votación será el día en que éste cumpliría 70 años, marcando la ruta para celebrar posiblemente el tercer mandato consecutivo de Maduro.
En conferencia, Amoroso precisó que de manera unánime la Junta Directiva de ese órgano respaldó el cronograma de la Asamblea Nacional en un intento de mostrar a la comunidad mundial que el Acuerdo de Barbados sigue vigente, y se respeta el llamado a celebrar el proceso en el segundo semestre del año.
Además, al confirmar la convocatoria, adelantó que las campañas comenzarán el 4 de julio —fecha conmemorativa para Estados Unidos por su Independencia— y se extenderán hasta el 25 de ese mes, acto para el que los candidatos deben registrarse antes del 16 de marzo.
Sin embargo, no queda claro qué sucederá con la disidencia. El chavismo insiste que Machado fue excluida por 15 años por delitos de corrupción y conspiración y busca aprovecharse de la falta de unidad del sector para conseguir la reelección, pues el Ejecutivo declaró: “¡Vamos a la batalla y vamos a ganar!”.
Pero la rival se dijo lista para enfrentarlo al sostener que con el apresurado calendario el régimen evidencia “su cobardía” y pretende borrar de un “palazo” los derechos de los venezolanos al desconocer su triunfo como aspirante de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD).
En un acto público en Mérida del que compartió un video, la exasambleísta llamó a sus seguidores a mantener la “serenidad y firmeza”, al afirmar que el Gobierno sabe que tienen la fuerza para echarlo, por ello trata de imponer sus condiciones, pues acusó que quiere medirse “con quien se le dé la gana”.
En tanto, Estados Unidos extendió las sanciones contra el régimen al reactivar una orden ejecutiva de la era Obama. Según la Casa Blanca esa nación aún es una “amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad nacional y la política exterior”.
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