El presidente de España, Pedro Sánchez, ratificó su continuidad en el poder al desafiar el presunto acoso y ataques a la dignidad en su contra y de su familia, en referencia a la denuncia contra su esposa, Begoña Gómez.
Luego del plazo de cinco días de reflexión anunció en respuesta a las acusaciones que intentaban quebrarlo “he decidido seguir, con más fuerza si cabe”.
Con lo que el mandatario de izquierda dejó en claro que le plantara cara a los intentos de difamación y descrédito de la derecho que, admitió, no pararán, pues instó a todas las fuerzas políticas a dejar el juego sucio y a una reflexión colectiva para que este hecho sea un punto y aparte para defender la democracia.
Por ello, se lanzó contra los bulos deliberados, prácticas tóxicas y hasta actos de difamación para convertirse en la sociedad que quieren ser y volver a ser una inspiración como nación, pues recalcó que en los recientes ataques que enfrentó había más en juego que el poder, pues todo el país pagaría las consecuencias, según aun discurso que dio luego de reunirse con el rey Felipe VI y con su gabinete, a quienes adelantó minutos antes que se mantendría en la gestión que comenzó a finales de noviembre pasado.
Sin embargo, su decisión generó más críticas de la derecha, ultraderecha y hasta sus recientes aliados independentistas. Los primeros sectores recriminaron nuevamente que el Ejecutivo sólo se victimizó al defender a su esposa, pues incluso en su discurso enfatizó que supuestamente es víctima de acoso desde hace 10 años y aprovechó para atacar a la oposición.
Mientras que Junts, grupo con el que pactó la amnistía, lo acusó de tratar de opacar y hasta interferir en las elecciones previstas para el próximo mes en Cataluña.
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FGR
