Sin una respuesta de Hamas a una tregua a cambio de la liberación de 33 rehenes, Israel y aliados mantienen la confianza en que se firme un acuerdo, paso crucial para recuperar a las 134 víctimas retenidas y aproximarse a una solución pacífica.
Fuentes de la gestión de Benjamin Netanyahu revelaron que el acuerdo busca extenderse por más de un mes, al detallar que el alto al fuego depende del número de cautivos a entregar, al priorizar a enfermos y heridos en otro mensaje de presión al rival, que se reunió ayer en El Cairo con mediadores para evaluar la oferta redactada desde la semana pasada.
El objetivo de la nación que no desiste de bombardear la Franja es reforzar las negociaciones para una segunda fase en la que se concrete el retorno de quienes están por cumplir siete meses sometidos, aunque se sospecha que varios de ellos fallecieron desde el secuestro.
Con tal de convencer a mandos islámicos Israel recalcó que rebajó las condiciones con tal de alcanzar una tregua, pues originalmente buscaba recuperar a 40 sobrevivientes según el New York Times, pero aceptó un grupo más pequeño.
Por ello, Tel Aviv abundó que hay voluntad de su parte, ante la exigencia de las familias afectadas, y espera una respuesta positiva de Hamas para que el acuerdo rinda mejores frutos que los de noviembre pasado, cuando frenaron las hostilidades y retornaron 105 rehenes.
Ante el silencio de la organización terrorista culpable de la masacre de octubre pasado, Estados Unidos se sumó a la presión al respaldar a su aliado. El secretario de Estado de Washington, Antony Blinken, calificó ésta de “extraordinariamente generosa” durante su más reciente visita a Arabia Saudita, en un guiño a que éste es el mejor momento de pactar y tomar la mejor decisión junto a los mediadores de Egipto y Qatar tras semanas de estancamiento, aunque se desconocen los detalles de la tregua, por lo que una delegación israelí fue invitada a El Cairo.
Acto al que se sumaron otras naciones como Reino Unido e integrantes del G-7 al resaltar que con un “sí” el siguiente paso sería un “periodo de calma sostenida”, de acuerdo con Reuters, lo que podría sentar las bases de una paz duradera, siempre y cuando se cumpla con la liberación de rehenes y entrega de los cuerpos en poder de los terroristas.
Asimismo, el gobierno de Joe Biden se pronunció en contra de posibles sanciones de la Corte Penal Internacional (CPI) contra líderes del gobierno aliado al advertir que emitir órdenes de arresto contra el premier e integrantes del gabinete podría sepultar el intento más claro en semanas de intercambiar a rehenes por prisioneros palestinos, aunque enfatizó que dicho organismo de justicia ni siquiera tiene jurisdicción ahí.
Según declaraciones de la Casa Blanca ese movimiento podría alterar los planes para salvar a más víctimas, pero en Tel Aviv temen que las restricciones sean bajo la mesa sin notificar a los involucrados, de acuerdo con una publicación del diario Jerusalem Post.
En EU, campus suspende a alumnos propalestinos
Tras el fracaso de las pláticas para quitar el campamento propalestino en la Universidad de Columbia, en Nueva York, la directiva suspendió a quienes se resisten a desalojar el patio principal.
Sin revelar cifras, el vocero del campus, Ben Chang, expuso: “Hemos comenzado a suspender a estudiantes como parte de la siguiente fase de nuestros esfuerzos para garantizar la seguridad” al cumplir el ultimátum de la presidenta, Nemat Minouche Shafik, a los disidentes que se negaron a firmar un compromiso.
Amago que evadieron decenas de jóvenes tras acusar que la universidad se negó a cortar todo nexo con empresas israelíes o que tienen negocios en ese país.
Y la universidad no perdió tiempo y a tres horas de que concluyera el plazo para desalojar la acampada aplicó las primeras medidas disciplinarias ante las violaciones a sus políticas; incluso, Ben Chang, también vicepresidente del campus, apuntó que no podrán concluir el semestre y, en consecuencia, se perderán la graduación prevista para el 15 de mayo.
En tanto, en Texas, donde se dan la mayoría de arrestos por las movilizaciones, se reportaron más disturbios luego de que el gobernador, Greg Abbott, advirtiera que “no se permitirían campamentos” y policías ingresaron al plantel.
Ahí éstos chocaron con manifestantes a quienes rociaron gas pimienta por negarse a quitar sus casas de campaña que colocaron sigilosamente frente a la torre principal de la universidad en Austin.
Estas tensiones muestran el riesgo de una escalada a escasas semanas de que terminen las clases, hecho por el que en California del Sur se envió a casa a los jóvenes para garantizar la seguridad de la comunidad estudiantil, especialmente para jóvenes judíos.