La irrupción policial nocturna contra campamentos en universidades de Estados Unidos desató mayor violencia cuando disidentes propalestinos tomaron edificios y respondieron a la represión, lo que dejó un saldo de 280 detenidos sólo en NY.
Con tal de evitar su desalojo, la noche del pasado 30 de abril decenas de jóvenes lanzaron patadas, golpes y atacaron con palos a oficiales en los campus de Columbia y City College en esa ciudad, quienes acudieron reforzados con cascos y equipos tácticos tras denunciar que se detectó la presencia de “agitadores externos”.
Y ante el temor de que lo actos vandálicos como la toma del Hamilton Hall en Columbia se repliquen en los planteles que se sumaron a la protesta en casi 20 entidades, gobiernos locales y estatales ordenaron más despliegues antes reportes de agresiones entre propalestinos y jóvenes judíos y disturbios en Los Ángeles, California; Tucson, Arizona, y Wisconsin.
Ante el peor panorama en NY, el alcalde, Eric Adams, confirmó que en las últimas horas hubo casi 300 jóvenes detenidos, entre ellos infiltrados al sostener, según un video difundido por el New York Times, que se detectó la presencia de una mujer varias décadas mayor, quien presuntamente daba órdenes a alumnos, mientras los dormitorios siguen cerrados.
Según la fiscalía éstos podrían ser acusados de allanamiento y hasta conducta criminal, pero también enfrentarían represalias en sus escuelas luego de los altercados en los que agentes rompieron ventanas para ingresar a los inmuebles tomados, mientras que los jóvenes usaron las maderas de las barricadas para agredir a dicho sector.
Y su oficina justificó la irrupción al advertir: “no nos quedó otra opción”; mientras que las imágenes del operativo acapararon las redes sociales y televisión tras las protestas que comenzaron a mediados de abril para exigir a las escuelas romper lazos con firmas israelíes o que tienen negocios en la nación “genocida”.
En tanto, en California el gobernador, Gavin Newson, y la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, condenaron la violencia por separado y demandaron una investigación para esclarecer los actos que dejaron decenas de heridos.
Pero la escuela fue más contundente y tras cancelar las clases amagó con expulsar a quienes participaron en el vandalismo y hasta despidos de docentes luego de que otras universidades cancelaron sus ceremonias de graduación.
En tanto, grupos estudiantiles acusaron actos de intimidación y tácticas brutales en los arrestos masivos, en los que compañeros fueron sometidos con fuerza excesiva en el suelo tras el derribo de vallas metálicas y casas de campaña.
Y ante el choque, crecen las críticas contra el presidente Joe Biden, por guardar silencio, aunque la Casa Blanca reprochó la toma de edificios y universidades al advertir que eso no es pacífico; en contraste, el republicano Donald Trump celebró la contención que calificó de “algo hermoso de ver”, lo que le valió reclamos, pues éste incitó a actos mucho más violentos en el asalto al Capitolio en 2021.
