Bajo la sospecha de ser una “amenaza” a la seguridad nacional, Israel cerró el medio árabe Al Jazeera a casi siete meses de la guerra en Gaza, mientras los bombardeos no cesan y ayer alcanzaron Rafah y el corredor Kerem Shalom.
De manera unánime el gabinete de Benjamin Netanyahu votó por restringir la señal del canal qatarí por 45 días al referir que su cobertura calumnia al ejército desde que respondió a la masacre del pasado 7 de octubre.
Pese al temor de empantanar el intento de tregua con Hamas al actuar contra la cadena originaria de un país mediador, el ministro de Comunicaciones, Shlomo Karhi, promovió la acción y fue en el segundo intento —pues ministros y las agencias Mossad y Shin Bet lo retrasaron tres días según el diario Times of Israel— que se aplicó por primera vez la reciente ley de Knesset para acorralar al medio que ha criticado la ofensiva de las Fuerzas de Defensa (FDI), mismo al que el funcionario del ala dura tachó de “máquina de incitación”.
La orden, sin exponer la evidencia del supuesto riesgo real, fue ejecutada de inmediato cuando personal a su cargo y policías se apoderaron de la oficina improvisada de Al Jazeera Media Network en el Hotel Ambassador, en Jerusalén.
Ahí decomisaron cámaras, compu-tadoras, discos duros y equipo de transmisión en la habitación 319, según videos de redes sociales, para evitar que siga transmitiendo en ese territorio y en minutos su programación se interrumpió en el país. No obstante, sus portales seguían operando al cierre de esta edición, a la espera de replicar acción, luego de que el ministro de Economía, Nir Barkat, abundara que ese canal es el mayor “motor del antisemitismo”.
Con ello Tel Aviv parece enviar un mensaje a críticos y a la prensa ante la información que pone en duda la legitimidad de sus brigadas en la Franja.
En respuesta, la cadena tachó de “ridícula” la acusación falsa del gobierno al condenar “enérgicamente este acto criminal que viola los derechos humanos y el derecho básico a la información”, según un comunicado que publicó en sus plataformas.
Y advirtió que además de ser un acto de censura para “ocultar sus acciones en la Franja” ese gobierno pone en riesgo a los corresponsales, quienes quedan expuestos en plena cobertura, pues en 211 días han muerto 140 periodistas palestinos, de los que la mayoría no estaba siguiendo los combates, y la Autoridad Palestina sospecha que fueron crímenes deliberados. Por ello, Al Jazeera tomará acciones legales para volver a informar.
Asimismo, ironizó que el ataque se da en medio de la conmemoración del Día Mundial de la Libertad de Prensa, tras la emisión del ranking en el que Israel ocupa la posición 101 al caer varios puestos por conflicto bélico, según una evaluación de Reporteros Sin Fronteras (RSF).
En respuesta, varias organizaciones a nivel global arroparon al medio al cuestionar el intento de censura.
RSF admitió que tal decisión evidencia un claro intento de “silenciar la realidad” ante los despliegues en Gaza que amenazan con extenderse a Rafah, frontera con Egipto; mientras que la Asociación de Prensa Extranjera calificó el hecho de “un día oscuro para los medios”.
Choque al que se sumó la Agencia para los Refugiados (UNRWA, por sus siglas en inglés) que aprovechó el reclamo al denunciar que por segunda ocasión Tel Aviv les impidió ingresar a la Franja con miras a entregar ayuda humanitaria.
En tanto, los planes de una tregua para liberar a los 133 rehenes se ven rebasados ante este nuevo jaloneo que implica a la nación que funge como mediador, aunque la sede del diálogo es Egipto, donde se mantienen las delegaciones de Israel y de la resistencia islámica.
Aunque Benjamin Netanyahu insistió que los cautivos son su prioridad, en la conmemoración anual del Holocausto descartó ceder más de lo ofrecido ante el silencio de Hamas. Explicó que hacerlo sería una derrota al permitir el retorno de Hamas a la zona palestina mientras siguen las movilizaciones en su contra.
En este proceso su ministro de Defensa, Yoav Gallant, dijo que todo apunta a que el rival terrorista no está decidido a negociar. Incluso fuentes de la región en guerra adelantaron que si la contraparte no acepta sólo provocará nuevas embestidas en su contra.
Y ayer ambos sectores reactivaron sus ataques, pues Hamas se atribuyó la oleada de hasta una decena de proyectiles en Kerem Shalom que mató al menos a tres soldados israelíes e hirió más de 10, según el ejército, con lo que suman 266 militares caídos, y las fuerzas de Tel Aviv respondieron al fuego.
Siguen los desalojos
La Policía de California puso fin al campamento propalestino en la Universidad del Sur en la madrugada.
A diferencia de otras irrupciones en planteles de Estados Unidos, esta vez no hubo detenidos, según medios locales, tema en el que la directiva resaltó que la mayoría de manifestantes se retiró por su cuenta, luego del llamado en redes sociales “por favor, vete; quienes no se vayan podrían ser arrestados” antes de irrumpir alrededor de las 04:00 horas.
Dichas acciones se dan en medio del endurecimiento de las universidades contra choques violentos, pues éstas amagan con expulsar a quienes persistan en las acampadas que ponen en riesgo a la comunidad e investigan posibles casos de conducta criminal contra alumnos y presuntos infiltrados.