Adías de que se revelara que AstraZeneca admitió ante un tribunal británico que su vacuna anti-Covid podría provocar casos raros de trombosis, la Comisión Europea suspendió la comercialización de la dosis Vaxzevria.
Sin exponer si ese nexo fue causal de la decisión, se adelantó que retirarán la dosis del mercado, no sin antes resaltar que fue “fundamental” para erradicar la pandemia y que fue suministrada a tres mil millones de personas no sólo en el continente sino a nivel mundial y salvó 6.5 millones de vidas en medio de nuevos confinamientos y hospitales saturados, según medios locales.
El bloque de 27 países con sede en Bruselas argumentó que la decisión busca pasar página a la lucha sanitaria a más de un año de que se levantara la emergencia que mató a casi siete millones de personas a nivel global, mientras que medios señalaron que la firma británico-sueca solicitó desde marzo parar su fabricación y venta al reconocer que en la actualidad hay excedentes, pues más laboratorios sacaron su propia inyección.
Por ello, a partir de hoy la que fue la tercera vacuna respaldada por la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) no estará disponible para su aplicación y se prevé que Pfizer y Moderna, que recibieron luz verde antes, absorban la demanda, sí la hay.
Sin embargo, ello no quita la mancha que pesa sobre ese fármaco, pues pese a los avances que representó en la peor emergencia sanitaria declarada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) enfrentó varios tropiezos desde su desarrollo hasta su aval y uso.
Y es que a sólo meses de que el regulador regional la aprobara ésta fue frenada por decenas de países ante reportes de que pacientes inmunizados con ésta sufrieron trombosis y problemas de coagulación, ante lo que AstraZeneca se defendió al referir que eran casos muy raros. No obstante, tras investigaciones, la UE retomó su aplicación, pero instó a la firma a poner una advertencia por el riesgo para personas mayores de 60 años.
Pese a ese respaldo, decenas de ciudadanos emprendieron acciones legales contra esa farmacéutica por secuelas cerebrales que sufrieron.
Afectados y familiares de víctimas mortales en Reino Unido exigen indemnizaciones millonarias al responsabilizar a la farmacéutica por daños irreparables; además, resalta que tras la filtración de The Telegraph por lo evidenciado ante un tribunal en ese país por la relación con los llamados “raros” o “poco comunes” efectos secundarios se anticipaba una acumulación de denuncias en otras naciones; ejemplo de ello es Alemania que solicitó informes detallados sobre los pacientes, con miras a abundar en los riesgos entre su población y para identificar información que ayude a prevenir secuelas graves.