El gobierno israelí criticó la amenaza de Estados Unidos de restringirle armas, pero advirtió que no desistirá de la guerra contra Hamas, pues luchará incluso con uñas, y cuenta con el equipo para enfrentar a la amenaza terrorista.
“Si Israel se ve obligado a permanecer solo, estará solo”, desafío el primer ministro, Benjamin Netanyahu, en un video en su cuenta de X al responder el condicionamiento que lanzó el presidente aliado Joe Biden en entrevista con CNN.
El premier minimizó el amago que funcionarios consideraron manda un mensaje equivocado a más de siete meses de choques, pues apuntó que sus tropas se enfrentan a un rival genocida, como calificó a la resistencia islámica que perpetró la masacre del 7 de octubre y secuestró a 250 personas, de las que calculan 132 siguen atrapadas en Gaza.
Incluso, ironizó que ya han sobrevivido a embargos, como en la Independencia, al descartar que presiones o advertencias los hagan cambiar sus planes.
Con ello, dejó en claro que los operativos en Rafah no se detienen con miras a desmantelar al enemigo, pues creen que en el último bastión islámico se esconden mandos, entre ellos quienes orquestaron el ataque terrestre, aéreo y marítimo de hace 217 días. Postura firme que respaldaron, pese a las críticas de potencias, sus Fuerzas de Defensa (FDI) y personal diplomático al coincidir en que continuarán con su legítima defensa ante la organización terrorista y harán lo que más les convenga.
En el primer escenario, el ejército alardeó que la suspensión no les afecta. “Tenemos lo que necesitamos”, aseveró el vocero de las FDI, Daniel Hagari, al diario Times of Israel al garantizar municiones suficientes para las misiones previstas contra el refugio palestino usado por Hamas. Y recordó que desde hace meses han recibido envíos desde EU, aunque no precisó cantidades.
Por separado el ministro de Exteriores, Israel Katz, aplaudió los planes para destruir a Hamas y abundó que “no hay guerra más justa que ésta”, según la prensa local; mientras que desde las Naciones Unidas el embajador, Gilad Erdan, tachó de “decepcionante” la posible suspensión de suministros como bombas y artillería al cuestionar a su socio cómo cree que desmantelarán a Hamas si intentan condicionar sus ataques en un punto clave, donde los rivales podrían esconder a rehenes. Además, el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir, insistió que están a unos pasos de una invasión a gran escala.
Pero Netanyahu no se salvó de las críticas, pues el aliado del gabinete de guerra Benny Gantz amagó con abandonarlo y romper la coalición si no se concretan los planes previstos, con o sin el apoyo de EU.
En tanto, otras voces enfatizaron el riesgo de que ese distanciamiento impacte en el intento de tregua. Acto que pareció confirmarse ayer cuando medios informaron que las delegaciones de Hamas e Israel dejaron El Cairo, arrastrando la negociación a otro punto muerto, pues Israel insiste que sólo firmarán un acuerdo a cambio de 33 rehenes vivos, pero los terroristas dicen que habría cuerpos.
Pese a la frontalidad que Israel mostró a EU y al mundo el premier acumuló otro revés, pues la presión para detener la guerra en Gaza y la incursión en Rafah no se frenará por el riesgo de hambruna.
Y es que en medio de los cruces entre Israel y EU, la Unión Europea (UE) sugirió un posible embargo cuando la Franja se aproxima a los 35 mil decesos.
“La única manera en que (Israel) no lance bombas es si no tiene”, apuntó el jefe diplomático, Josep Borrell, al cuestionar los fallidos intentos de tregua, pues dijo que ésta es la única vía a la paz.
No obstante, Tel Aviv sigue decidido a concretar una posible invasión con tal de desmantelar al enemigo en medio de nuevas críticas, pues ahora el Programa Mundial de Alimentos exhibió que no se ha permitido el ingreso de camiones con ayuda humanitaria en dos días desde que tomó el control del cruce fronterizo y la Oficina de los Refugiados (UNRWA) recriminó que no se proteja a su personal, ante un intento de incendiar sus instalaciones en Jerusalén.