Joe Biden y Donald Trump chocarán dos ocasiones previo a la llamada revancha electoral en Estados Unidos al romper con el formato tradicional y pactar por su cuenta.
Los aspirantes a la reelección y a un posible retorno a la Casa Blanca, respectivamente, dieron el “sí” a dos encuentros tras semanas en las que sus equipos de campaña afinaron detalles, pues cada bando quería sus condiciones.
A diferencia del 2020, cuando se enfrentaron por primera vez, ahora eludieron a la Comisión de Debates Presidenciales (CPD, por sus siglas en inglés) para conceder a las cadenas CNN y ABC News la organización de esos diálogos que ya apuraba el empresario hace meses.
Pese a que evadió un ejercicio similar con los republicanos, éste urgió a su sucesor a arriesgarse, ante lo que Biden lució frontal ayer al lanzarle “como dijiste, en cualquier lugar, en cualquier momento”, pues ironizó en la red social X que quien se dice favorito “está libre los miércoles”, en referencia a los descansos en el tribunal de Manhattan. Mientras que Trump afirmó en Truth Social: “Estoy listo y dispuesto a debatir con el corrupto de Joe”.
Según medios, el primer cara a cara será el próximo 27 de junio en Atlanta, en el estudio del primer organizador.
Se dijo que aceptaron la invitación antes de sus convenciones partidistas y acorde a sus agendas al darles seis semanas de preparación, plazo en el que el magnate cerrará su tema legal en torno al primer juicio penal por conspiración electoral tras sobornar a una actriz porno en 2016, mientras que para Biden será al volver de su viaje a la Cumbre del G-7.
En tanto, el segundo se pactó para el 10 de septiembre, dos meses antes de la revancha que definirá el futuro del país, y que aún podría cambiar a los indecisos al influir en el voto anticipado.
Para tal acuerdo se reveló que cada bando pidió reglas específicas para evitar interrupciones o convertir la confrontación de ideas en un espectáculo en temas como aborto, migración, economía y la ayuda a Ucrania e Israel, entre las protestas propalestinas en franca crítica al poder por respaldar al supuesto gobierno “genocida”; con dichos tópicos los contrincantes se juegan el poner contra las cuerdas al otro, pues el demócrata busca atorar al rival en la interrupción legal del aborto y el otro apuesta en provocar errores al jefe de Estado tras sus recientes tropiezos ligados a su edad.
En ese jaloneo, se dijo que Biden pidió tiempos definidos al apuntar al temperamento rival y que no haya público, alegando que los vítores y burlas suelen quitar tiempo, medidas que corroboró su jefa de campaña, Jen O’Malley Dillon.
Sobre la falta de público, el magnate se burló al referir que su rival teme a la audiencia y admitió que quería más “emoción”; pero el Ejecutivo no respondió, aunque sí agitó el choque al sostener que desde que el líder conservador perdió los debates en 2020 ya no quiso volver a éstos, a los que podría sumarse el independiente Robert F. Kennedy.
Asimismo, se dijo que Trump promovió una tercera cita bajo el control de Fox News, cadena favorita en su mandato, pero el inquilino de la Casa Blanca lo descartó.