Venezuela revocó la invitación para que observadores de la Unión Europea (UE) se sumen a los comicios presidenciales del próximo 28 de julio, en los que Nicolás Maduro busca la reelección.
Exactamente a un mes de esta cita, el presidente del Consejo Nacional Electoral (CNE), Elvis Amoroso, justificó la decisión ante las sanciones que ese bloque mantiene contra más de 50 venezolanos afines al régimen chavista, por presunta represión y socavar la democracia, por lo que exigió el fin de esa postura hostil.
Asimismo, el ente refrendó que el levantamiento temporal de sanciones contra cuatro funcionarios es insuficiente, según un comunicado, al exponer el “incalculable daño patrimonial” causado a la nación, pues arremetió contra la visión colonialista de Europa por acotar a la autoridad electoral, como al propio Amoroso, sancionado en 2020 cuando se desempeñaba como contralor.
Sin embargo, destacó que más de 200 integrantes de misiones extranjeras sí participarán, pero sólo aliados como la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).
En respuesta, críticos cuestionaron la decisión al acusar al régimen de obstaculizar la participación de sus candidatos, luego de que éstos fueran bloqueados incluso para su inscripción.
Argumentaron que ello va en contra del acuerdo que Maduro firmó con la coalición opositora Plataforma Unitaria, respaldada por Estados Unidos, para garantizar una votación libre y justa, incluyendo la presencia de observadores globales, mismos que han denunciado anomalías en Caracas, como la inhabilitación de candidatos opositores, el uso de recursos estatales en campaña y el acceso desigual a medios de comunicación.