La Corte Suprema de Estados Unidos rechazó una impugnación para restringir el acceso a la píldora abortiva al preservar ese derecho mientras siguen los debates y choques a nivel nacional tras el revés al fallo Roe contra Wade.
De manera unánime (9-0), los jueces respaldaron el uso y la prescripción de la mifepristona, un medicamento respaldado desde 2020 por la Agencia de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés). Y sostienen que no hay bases legales para actuar en contra, pese a los argumentos de médicos y grupos antiaborto que exigen limitaciones al acusar, en su lucha política, que ese fármaco ya ha matado a varias mujeres.
Con ello, el máximo tribunal del país frenó el intento de amenaza para interrumpir el acceso a ese fármaco, una de las pocas opciones que quedan a las gestantes para interrumpir un embarazo y que ya han usado seis millones de personas en los últimos años, según datos de la agencia Associated Press.
En el país se advirtió que darle la razón a movimientos de derecha sería como restar autoridad al regulador médico de la potencia, como anticipaban analistas.
Tras la decisión, activistas en favor de este derecho resaltaron que se mantenga esta medida; no obstante, la presidenta del Centro para los Derechos Reproductivos, Nancy Northup, declaró que el riesgo persiste ante grupos que están “empecinados en interrumpir el acceso a ellas (píldoras abortivas)”.
Acto que quedó en evidencia con las movilizaciones que hubo afuera del recinto, pues manifestantes antiaborto protestaron con pancartas en las que mostraron los rostros de quienes fallecieron por el uso de esa píldora.
En tanto, el presidente Joe Biden reconoció la acción de la Corte al defender el derecho de millones de mujeres.
Y al igual que la activista Northup aseveró que el peligro de restringir este derecho persiste, pues muchas entidades implementaron medidas para acortar los plazos para acabar legalmente con un embarazo. Postura en la que lo respaldó su número dos, la vicepresidenta Kamala Harris, quien a través de redes sociales culpó al rival republicano, Donald Trump, por revivir una lucha ya ganada.