El presidente francés, Emmanuel Macron, llamó a las fuerzas políticas a unir esfuerzos en una coalición para un nuevo gobierno, lo que provocó reclamos de partidos extremistas.
Tres días después de la segunda vuelta electoral, instó en una carta a sus aliados y a la oposición a conducirse con unidad, sensatez y armonía para evitar jaloneos para nombrar al nuevo primer ministro al recordar que “nadie ganó”, acto que consideraron busca controlar la decisión, pese a que no cuenta con mayoría en la Asamblea Nacional, y que rechazó la renuncia del actual premier, Gabriel Attal.
De inmediato, el Nuevo Frente Popular de izquierda y sorpresivo ganador del pasado fin de semana, con 195 escaños, reiteró que es su partido el que debe elegir al nuevo perfil al recordarle al líder galo que es la mayoría la que tiene la batuta por representación y es él quien tiene que ceder, pues no hay consensos.
Mientras que la derrotada ultraderecha tachó de “circo” la propuesta de Emmanuel Macron. La conservadora Marine Le Pen lo acusó de manejar la situación a modo y tratar de contener a una fuerza extremista al apartarla de la negociación, pese a que la usó para bloquear a la extrema derecha, a la que éste consideraba una amenaza a su gestión.