Kimberly Cheatle renunció como directora del Servicio Secreto en Estados Unidos tras las múltiples críticas y presión 10 días después del atentado contra el exmandatario Donald Trump durante un mitin en Pensilvania.
Luego de una dura comparecencia en el Congreso, en la que admitió casi forzada que éste fue el fracaso más grande del sector en décadas y fue confrontada por ambas bancadas en torno a las fallas, la nula transparencia en la investigación y los retrasos para un informe sobre lo ocurrido el pasado 13 de julio, aceptó las críticas y dejó el sector.
Pese a admitir errores y la desvinculación inmediata, adelantó que el intenso escrutinio sigue, pues tanto demócratas como republicanos exigen respuestas ante recientes filtraciones. Y es que en la última semana medios revelaron que hubo al menos cinco alertas y el sospechoso fue visto por testigos casi 20 minutos antes de disparar a Trump, acto en el que hirió al republicano en la oreja.
La administración Biden/Harris no me protegió como debía y me vi obligado a recibir un balazo por la democracia. ¡Fue un gran honor hacerlo!Donald Trump, Expresidente de EU
Tras la confirmación de la salida de Cheatle, Donald Trump recriminó que el gobierno “no me protegió como debía” al aprovecharse nuevamente del incidente que pudo costarle la vida.
En su cuenta de Truth Social, el líder que aún usa un vendaje en la oreja derecha abundó que ante esta falla recibió un disparo casi letal, aunque alardeó que lo recibiría de nuevo; mientras que el gobierno insistió que la investigación sigue abierta para esclarecer el atentado.