Los Juegos Olímpicos de París 2024 atraen atención mundial por el deporte y por el riesgo al ser un evento de tal magnitud, especialmente con dos guerras en el escenario actual, una de ésas en Europa.
Un atentado terrorista es una “amenaza latente” en un mundo polarizado, apuntó el internacionalista Juan Manuel Portilla en entrevista con La Razón previo a la inauguración de la competencia por la que Francia recibirá hasta a 11 millones de turistas en unas tres semanas.
Abundó que ante eventos multitudinarios siempre cabe la posibilidad de un acto así, como “cuestión de oportunidad”. Y apuntó a extremistas religiosos al grito de Alá, de tendencias de derecha o izquierda o grupos radicales.
Y es que París luce como una “oportunidad magnífica” para criminales al saber que habrá millones de personas viendo los juegos y su agresión se reproduciría en la prensa, aunque precisó que no siempre hay una ideología definida de los perpetradores, quienes responden a agravios, opulencia o marginación, lo que en esa nación está prohibido el uso del hiyab, una afrenta directa a los musulmanes, grupo con representación de casi ocho millones en ese territorio.
El investigador en temas de terrorismo agregó que ante un acto de tal magnitud, Francia —que recientemente vivió una convulsión interna por la amenaza del ascenso de la ultraderecha— tomó medidas extraordinarias para prevenir y actuar ante amenazas, reales o virtuales. Muestra de ello, destacó, es que desplegará hasta a 55 mil fuerzas tan sólo en la inauguración a cielo abierto, en la que decenas de delegaciones deportivas desfilarán hoy por el río Sena, altamente resguardado y patrullado día y noche.
Juan Manuel Portilla precisó que nadie puede garantizar que no ocurra este peligro o haya control total.
Pero consideró será “difícil que se repita un escenario como Múnich”, cuando extremistas mataron a 11 atletas israelíes en la villa olímpica. Lo que busca evitar el gobierno galo al implementar operativos sin escatimar recursos ni personal, al sumar agentes de otras naciones para reforzar la capital, pues horas antes del día clave recibió a mil 750 policías extranjeros, a quienes se suman 24 caninos.
El internacionalista reconoció la actuación extraordinaria del gobierno de Emmanuel Macron y es que en las últimas semanas sus fuerzas atendieron incidentes como atropellos y agresiones armadas contra oficiales y también frustraron amenazas, según medios locales.
Además, desde hace días se observan sitios fuertemente custodiados con vallas en calles y que inquietan a negocios por una seguridad que en vez de dar confianza aleje a los visitantes. Tema en el que resalta que para un mayor control, Francia implementó un pase especial (Pass Jeux) que los viajeros deben tramitar con antelación en línea y mostrar en QR para ingresar a perímetros especiales a pie, en bici o alguna patineta.
En torno a los riesgos por el panorama mundial, el académico de la UNAM apuntó que un foco rojo podría ser Medio Oriente, por la guerra en Gaza, en referencia a milicias islámicas y a lobos solitarios. No obstante, ve poco probable que Hamas lance algún atentado, pues perdería legitimidad en su guerra con Israel, al que de ser el verdadero responsable. Y tampoco anticipa una acción prorrusa en esta justa deportiva.
Sobre el primer escenario destaca que la delegación israelí estará fuertemente reforzada. Además de viajar con equipo personal, entre oficiales de las agencias Shin Bet y El Mossad, Francia les garantizó resguardo las 24 horas del día, dentro y fuera de la villa olímpica.
Pero horas antes Tel Aviv admitió la existencia de una “amenaza potencial” para sus atletas y turistas. En una carta el Ministerio de Exteriores israelí admitió temor de que Irán perpetre un complot contra los suyos en París, al tiempo que agradeció la acción “sin precedentes”, y el experto en terrorismo enfatizó que los atletas “no representan a un país en términos políticos”, pero hay quienes los vinculan al genocidio en la Franja.
Sobre otros riesgos, Portilla Gómez agregó que no se puede desestimar al Estado Islámico, pues en el último año su célula Khorasan se atribuyó dos ataques contra Rusia e Irán.
